Quantcast
Channel: elDiario.es - Ahorrar mejor
Viewing all 699 articles
Browse latest View live

Seis razones para pedir que se elimine la fecha de caducidad de los alimentos

$
0
0

Desde que se establecieron las fechas de caducidad, son uno de los santo y seña de la política europea en materia de previsión y seguridad. Todo producto alimentario que se genere en la Unión Europea, y todo importado que se venda en ella, debe ir debidamente etiquetado, incluyendo su fecha de caducidad y opcionalmente en muchos casos, la fecha de consumo preferente.


Llega el frío: diez malos hábitos que disparan tu gasto en calefacción

$
0
0

Hay sencillos trucos que nos pueden reportar un ahorro significativo en la factura mensual o bimensual de la calefacción, y que en realidad, si los analizamos en profundidad, son auténticas perogrulladas, cosas lógicas que deberíamos hacer si tuviéramos un poco de cabeza. ¿Por qué no las hacemos entonces?

Quizá por malos hábitos heredados de otras épocas de mayor esplendor o tal vez porque nunca nos hayamos detenidos a pensar en ellas. Sean unas u otras razones, aquí se explican diez comportamientos a evitar si no queremos disparar la factura energética por culpa de un excesivo gasto en calefacción.

1. No revisar nunca el aislamiento de la casa o apartamento

¿Alguna vez nos hemos parado a pensar en si las ventanas cierran bien, si dejan intersticios por donde corre el aire frío o se va el caliente, o si el quicio de la puerta está debidamente ajustado? Pequeños detalles como colocar cinta aislante en quicios y cierres, sobre todo cuando se trata de madera, pueden ayudar a mantener mucho mejor el calor interior. También es importante revisar los enmasillados de las ventanas y los cristales para asegurarnos de que no están resecos y agrietados. Igualmente hay que revisar los cajones de las persianas

En otro orden de cosas podemos reconsiderar colocar capas aislantes en aquellas partes de la casa que son más vulnerables a la pérdida de calor. Por ejemplo paredes que dan al exterior y que con una capa de lana de roca tapada con pladur pueden aumentar mucho su aislamiento. En el suelo podemos considerar poner parqué o corcho y en el techo también podemos conseguir un buen efecto con un falso techo y añadiendo lana de roca.

2. Ventilar por la mañana

Cierto que la casa, y más si es pequeña, puede oler a tigre, pero si vivimos en un clima muy extremo la ventilación matutina puede suponer una salida a espuertas de calorías logradas por nuestra calefacción y pagadas con nuestro bolsillo. Si podemos, es mejor ventilar a medio día, sobre todo si el día es cálido y soleado. Si no, una opción es usar velas e incienso para consumir los malos olores.

3. Bajar las persianas o correr las cortinas cuando estamos fuera de casa de día

Otra mala costumbre de algunas personas es la de bajar las persianas y correr las cortinas cuando se van a trabajar, ya sea para evitar robos o que los vecinos fisgoneen. Con esta medida se evita que el calor del sol por el día entre en la casa y se la mantiene fría, con lo que después la calefacción tendrá que calentarla.

4. No bajar todas las persianas por la noche

Por el contrario, de noche debemos procurar tener las persianas bajadas y las cortinas corridas para evitar que se vaya el calor, ya que cristales y cierres de ventanas son los puntos peor aislados.

5. Tener las habitaciones abiertas cuando no estamos en ellas

Es de perogrullo pero sigue sucediendo: se deja la calefacción puesta y todas las habitaciones abiertas, con lo que el volumen a calentar aumenta mucho. Igual son habitaciones donde no entramos hasta la noche, como los dormitorios, o solo durante unos minutos, por ejemplo el baño. Mejor las calentamos solo en las horas previas a acostarnos o usamos un calentador de aire en el baño.

6. No cerrar los radiadores en las habitaciones que no usemos

Otra ocurrencia es cerrar las habitaciones pero dejar los radiadores en funcionamiento, en caso de tenerlos. De este modo gastamos calefacción en habitaciones que solo usamos por la noche o que nunca usamos, y claro, subimos la factura. En el cuarto y el baño de los invitados, de los hijos que estudian fuera o nuestro propio dormitorio debemos cerrar el radiador. En el último caso, al menos hasta poco antes de acostarnos.

7. Quitar el termostato cuando estamos fuera

Salimos de casa y ponemos el termostato a cero, de modo que no se active la calefacción si la temperatura baja de un umbral; muy mal. Al llegar por la noche la casa estará más fría de lo habitual y el esfuerzo para calentarla será mayor. Lo coherente es elegir un valor límite para el termostato, por ejemplo 13 o 15ºC, a partir del cual se active la calefacción. El objetivo es que no se enfríen los materiales que conforman la casa y nos roben el calor. Después, calentarlos cuesta lo suyo.

8. Pintar la casa con colores oscuros

Lo colores ocres o grises pueden estar muy de moda, pero si confiamos parte del calentamiento de nuestra casa a la luz solar, son una mala idea. La razón es que el sol entrará por la ventana y será absorbido por el color oscuro en lugar de rebotar en la pared y aumentar el 'efecto invernadero'. Precisamente por eso la mayor parte de las paredes de las casas son blancas.

9. Andar por casa ligeros de ropa

La comodidad es un derecho ganado, pero si pasa por llevar poca ropa en invierno dentro de casa, será también un derecho pagado a base de kilovatios/hora gastados en calefacción. Un pijama o un chándal grueso, unos calcetines de estar por casa o una bata también son cómodos y nos permiten ahorrar en calefacción.

10. Mantener un umbral de frío alto

Nuestro cuerpo tiene una notable capacidad de adaptación a diferentes circunstancias, entre ellas a la temperatura. Esto quiere decir que tanto podemos acostumbrarnos a soportar temperaturas relativamente altas como más bajas de lo que a priori pensaríamos. Hay personas que sienten frío en casa por debajo de los 24ºC y otras que se encuentran bien en los 19ºC.

En ello puede influir el metabolismo de cada uno, pero también la costumbre. Debemos saber encontrar nuestro umbral de frío y forzarlo un poco a la baja, nuestro bolsillo lo agradecerá. 

Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos,  suscríbete al boletín de ConsumoClaro

Además te recomendamos: 

7 mitos sobre la congelación de alimentos que nos impiden ahorrar dinero

iPhones más caros y otros siete modos en que la victoria de Donald Trump podría afectar a tu consumo

$
0
0

Es aún muy pronto ahora para saber si el presidente electo de los Estados Unidos Donald Trump, dará rienda suelta a sus promesas electorales de adoptar políticas altamente proteccionistas para la industria norteamericana durante su mandato. Aun así, la mayoría de expertos en comercio exterior y economía global destacan que la relación comercial entre España y Estados Unidos es de bajo perfil en volumen, pero cualitativamente importante para algunos mercados.

El bancario, el petrolero, el de infraestructuras o el farmacéutico, son sectores cuyo auge o desplome durante la era Trump podría reflejarse en su negocio en España. Santander, Grifols, BBVA, Repsol, Iberdola o Acciona son algunas de las empresas más expuestas. También Freixenet y los exportadores alimentarios podría sufrir subidas de aranceles. Este artículo refleja ocho situaciones hipotéticas que se podrían dar en nuestro consumo tras la victoria de Trump si lleva sus planes adelante.

1. Bajada de precios en productos alimentarios selectos nacionales

En volumen, el mercado estadounidense es un 4,4% de las exportaciones españolas, por lo que una subida de aranceles del 35%, tal como prometió Trump en campaña, no supondría una gran pérdida de exportaciones en volumen. Sin embargo, podría afectar al sector alimentario más selecto, como es el de los cavas y vinos, que tienen gran acogida en Estados Unidos, en especial las pequeñas bodegas. También jamones, quesos elaborados, embutidos, aceites, aceitunas, encurtidos, etc., que tienen un cierto mercado tradicional en Estados Unidos podrían verse afectados por la subida de aranceles.

Esta situación podría llevarles a retraer la exportación a este país por falta de rentabilidad y competitividad frente al producto nacional y, en consecuencia, mostrar un excedente de producción que, antes de reorientar su exportación, haría bajar su precio en España aunque fuera temporalmente. Se trata de una situación indeseable por cuanto podría poner a empresas españolas en aprietos durante un tiempo, pero el hecho objetivo es que el exceso de oferta podría mejorar su precio.

2. Subida de precio de productos Made in USA

El Gobierno español y la Unión Europea podrían reaccionar a esta subida de aranceles imponiendo otra recíproca a la importación estadounidense, con lo que los productos americanos, o de empresas americanas, tendrían un precio superior que los haría menos competitivos. Quizá lo notaríamos en las compras en Amazon y otras web estadounidenses, así como en el precio de los DVD con material hecho en este país. Y, sobre todo, en la tecnología. En este sentido los consumidores de Apple podrían verse afectados de algún modo por importantes subidas en el precio de los iPhone.

3. Mayor acceso a los productos chinos y asiáticos en general

Por contra, como uno de los planes del magnate es cargarse todos los acuerdos de libre comercio que Estados Unidos ha logrado tanto en la zona del Atlántico como en la del Pacífico, lo que incluye a China y los países asiáticos en general, puede que estos tuvieran que reorientar su oferta hacia Europa, no con productos 'Made in China' pero 'Designed in UE', sino con artículos pensados y elaborados en China, Tailandia, Vietnam, Corea, etc. Este hecho podría afectar en especial al campo de la tecnología con una intensificación de las importaciones que mejoraría el conocimiento de la oferta y sus precios. 

4. La gasolina, posiblemente, bajará de precio

Trump se propone seriamente reactivar la macrotubería que trasladará desde las 'tierras raras' de Alberta (Canadá) las arcillas bituminosas y el gas de aquellas zonas, que son combustible contaminante pero barato para las empresas americanas, que así podrían regresar a Estados Unidos. También ha prometido explorar el 'fracking' en los parques nacionales, una fuente de gas y perforar en Alaska. En realidad el presidente Obama ya había trabajado en esta dirección, aunque de una manera moderada y con más discreción.

El resultado sería aumentar la independencia energética de Estados Unidos respecto al exterior evitando tener que comprar a países comprometedores como Venezuela, Arabia Saudí, Irak o Irán, aunque aumentando las emisiones de C02. Este hecho dejará posiblemente, aunque no es totalmente seguro, un excedente de petróleo en el mercado que hará bajar su precio. El consumidor final, aunque en menor medida por los impuestos, debería acabar notándolo.

5. Viajar podría ser más barato...

Si el dólar se hundiera como consecuencia del fracaso de las políticas proteccionistas de Trump y el euro se revalorizara, viajar por el mundo sería mucho más barato, especialmente a Estados Unidos. También este hecho podría hacer que el precio de los productos norteamericanos se viera compensado en nuestro mercado.

6. O más caro

Si Trump triunfara con su aislacionismo y el dólar como consecuencia se fortaleciera, el euro podría verse afectado de algún modo y debilitarse. En este caso el peso relativo de nuestra moneda sería menor y viajar a según que zonas del mundo podría no salirnos tan barato como antes. Por descontado, Estados Unidos nos saldría carísimo.

7. Podría haber un aumento del crédito bancario al consumo

Santander y BBVA, entre otras entidades bancarias, podrían verse afectadas por su alta exposición en Latinoamérica -objeto de muchas de las iras de Trump por concentrar parte de la fabricación industrial que él quiere llevarse de vuelta al norte- e incluso en Estados Unidos. Si Trump triunfa a costa del negocio latinoamericano y el BBVA se ve afectado, podría tener que replegar velas hacia nuestro país, al igual que otras entidades financieras europeas. Entonces podría presionar al BCE para que subiera los tipos de interés del dinero, de modo que volviera a merecer la pena dar créditos al consumo.

Si Trump fracasara y hubiera un hundimiento bancario en Estados Unidos, el Santander y muchos otros bancos europeos podrían verse en un aprieto y tendrían que regresar a casa. También entonces podrían presionar el BCE para que una eventual subida de los tipos de interés estimulara el negocio bancario europeo, por el que tendrían que volver a apostar.

8. Habrá una subida del precio de los inmuebles

Trump ha prometido aumentar las inversiones en infraestructuras en su país, que en muchos estados están en franca decadencia. Las constructoras españolas son especialistas en grandes obras públicas por lo que probablemente ganarían muchos concursos y concentrarían su negocio en Estados Unidos, con lo que la construcción en España perdería interés. La demanda de pisos podría seguir creciendo y aunque es difícil copar todo el mercado existente, la falta de oferta nueva haría subir los precios.

Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos,  suscríbete al boletín de ConsumoClaro

Además te recomendamos: 

Siete cosas a tener en cuenta al elegir una bicicleta plegable 

Diez trucos para ahorrar dinero en Navidad sin tener que pasar por cutre

$
0
0

En fiestas todo precio se sale de madre por la ley de la oferta y la demanda. La cesta básica puede llegar a ponerse hasta diez veces más cara que el IPC. ¿Quién puede mantener el tipo ante los cuñados con tamaño subidón, de modo que repitan, también en 2016, aquello de: "cómo se nota que no miráis la peseta en esta casa"? Relájate, respira hondo, cuenta hasta diez... Todo tiene solución y el 'subidón navideño' también. Es cuestión de conservar la cabeza fría, imponer racionalidad y seguir los diez trucos que exponemos a continuación. Tu bolsillo lo agradecerá en las rebajas de enero. 

1. Compra ya la cena de Nochebuena y congélala

En este momento los precios de los principales productos gastronómicos navideños todavía se mantienen en niveles asequibles. Si haces hoy o mañana la compra a más tardar, podrás evitar el 'subidón navideño' con las mejores calidades. Después puedes congelar tranquilamente todos los perecederos hasta el día antes de Nochebuena sin miedo a que pierdan calidad.

2. Considera comprar congelados

Otra alternativa, sobre todo si vas a tirar de marisco, es apostar por los congelados, un sector en el que hay muchas calidades de producto y precios, pero en el que nunca son tan caros como el fresco. Y menos en plenas fiestas. Puedes escoger la calidad y precio que mejor se adecue a tu bolsillo y aprender a descongelar adecuadamente para que el producto no pierda calidad.

3. Diseña los menús en función del mercado

Es muy sensato evitar el menú tradicional plagado de marisco y carnes rojas y apostar por carnes y pescados que estén a mejores precios. Por ejemplo, si el pavo se dispara, podemos movernos al pollo relleno con ciruelas o probar con canelones congelados, pollo relleno frío, etc. Lo mismo si la carne de lechón sube demasiado: probemos con piezas tiernas de ternera o viceversa. Y en la sopa podemos aplicar la imaginación para hacer un caldo de entidad y sabor a base de vegetales. 

4. Juega con los aperitivos

Con el fin de agasajar a la familia solemos sobrecargar la oferta de aperitivos con embutidos, jamón, conservas -siempre caras-, canapés, paté, langostinos, etc. El resultado es que los comensales o bien se comen el aperitivo o bien el resto de la cena o comida, pero no ambas cosas y siempre termina sobrando comida. Si vamos a poner un menú poderoso, acortemos los aperitivos, que siempre suponen un derroche. Si el menú viene ligero y económico, pongamos aperitivos saciantes y ricos para dejar a la familia contenta. 

5. Prueba con ensaladas vegetales

Las ensaladas son buenas por su aporte en fibra vegetal y su poder saciante, que nos permitirá por un lado mejorar la digestión y por otro evitar que todos se queden con sensación de hambre. Además, si la ensalada es creativa nos la agradecerán.

6. Apuesta por los vinos de mejor relación calidad precio

Puedes basarte en la estupenda guía de los Supervinos 2017 -los vinos de supermercado mejor valorados por menos de diez euros- o en las compras a través de internet en las principales tiendas digitales. Podrás jugar con un amplísimo margen de oferta y precios que te descubrirán vinos de lujo y nada caros. Después de todo, alguna ventaja tiene que tener vivir en uno de los principales países productores a nivel mundial. 

7. Mancomuna la compra de turrones y mazapanes

Siempre sobra turrón, que se acaba pudriendo en un cajón. Y resulta que, a peso, es uno de los productos más caros de las cenas y comidas navideñas. Para evitarlo, lo mejor es hacer una compra familiar conjunta con madres, suegros y cuñadas para repartir luego el turrón que sobre de Nochebuena y emplearlo luego en Navidad, San Esteban o Nochevieja, de modo que gastemos menos y nos sirva a todos.

8. Compra los regalos con antelación a lo largo del año

Puede haber ahorro en los regalos si se quiere y sin tener que renunciar a lo que cada uno nos ha pedido. Si indagamos qué le gustaría a casa persona a lo largo del año y lo buscamos en rebajas, el Black Friday ofertas o simplemente unos meses antes. 

9. Busca los mejores precios por internet

En la misma línea del punto anterior, podemos buscar en los comercios en internet, y en mayoristas como Alibaba o Amazon, ofertas a lo largo del año que nos favorezcan en el regalo que queremos hacer.

10. Haz caja común para una Nochevieja casera

Eres de las/los que sale a cenar por Nochevieja, deberías ya saber que el sobreprecio que te cuelan en los restaurantes es tan injusto como desmesurado y no se corresponde en absoluto a la calidad de lo que cenas. Reúne a tus amigas y amigos en casa y comprad entre todos productos de calidad para tener una buena cena.

Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos,  suscríbete al boletín de ConsumoClaro 

Además te recomendamos: 

Cenas de empresa navideñas: seis medidas para esquivar la resaca

10 medidas para sobrevivir al actual 'subidón' en el precio de la luz

$
0
0

El precio de la luz anda desbocado en las últimas semanas y ayer volvió a subir marcando otro récord desde 2013. La organización de consumidores Facua ha denunciado que el aumento es del 28% respecto a enero de 2016. Entre las razones de esta subida se cuentan las condiciones meteorológicas adversas a la generación de renovables, es decir poco viento y menos lluvia en los embalses. 

Pero también la falta de previsión de las comercializadoras al no almacenar gas de reserva para crear electricidad mediante su combustión o el posible desvío de barcos cargados de gas a mercados más interesantes que España. El caso es que el precio de la electricidad en las subastas de energía se ha encarecido mucho por falta de alternativas y es al consumidor a quién le toca pagar este aumento en el variable de su factura.

Cabe recordar que este variable viene a ser un tercio de la factura y que en condiciones normales quedaba soterrado bajo el peso de la potencia contratada y la infinidad de peajes, compensaciones e impuestos que estamos condenados a pagar por el mero hecho de tener acceso a una fuente de energía básica. Pero con el actual 'subidón', este variable puede hacerse notable en la factura, sobre todo si no tenemos cuidado y no actuamos con raciocinio.

A continuación te proponemos 10 políticas que te ayudan a esquivar facturas abultadas por el 'subidón' en el precio de la luz.

1. Ser coherentes con la política de luces encendidas

Una luz encendida un rato no supone apenas un gasto perceptible, pero si la mantenemos encendida durante ocho horas, gastaremos entre 0,24 euros y 0,88 euros. Por cada bombilla encendida deberemos aplicar este precio, de modo que con cinco bombillas ya alcanzaremos los dos euros. Si lo multiplicamos por 30 días sacaremos un gasto de 60 euros en iluminación.

Es de confiar en que no tengamos tantas bombillas encendidas durante tantas horas, pero para ello debemos vigilar las tulipas de habitaciones cerradas a las que nunca entramos, las de los lavabos en los que acabamos de estar y las luces del fondo del pasillo, que dan más ambiente que iluminación. Todas ellas apagadas pueden ayudar a dejar este gasto mensual en unos pocos euros.

2. Fregar la vajilla a mano

El lavavajillas gasta 0,34 euros las dos horas, probablemente más cada día que pasa. No parece demasiado, pero si le sumamos uno por día de la semana salen 2,38 euros como mínimo que van a sumarse a la factura junto con otros gastos. Esto sin contar el adicional gasto de agua caliente. Si no somos familia numerosa y ensuciamos poco, mejor lavar a mano y secar con trapo.

3. Evitar las lavadoras a media carga

Una lavadora es un poco más cara que el lavavajillas, y según el programa que usemos puede serlo mucho más y alcanzar los 0,45 euros por uso. Es mejor optar por usarla en lejos de las horas punta, bien llena de ropa, en programas económicos y con agua fría. Evitemos poner una lavadora solo para asear unos calcetines.

4. Reservar lavavajillas y lavadora para el fin de semana

Si podemos, la mejor alternativa en caso de querer usar el lavavajillas es el fin de semana, cuando los precios bajan porque no hay tanta actividad industrial, que es la que encarece el precio de la subasta diaria. Y lo mismo sucede con las lavadoras. Nos pasaremos el tiempo de descanso lavando, pero conseguiremos sortear el 'subidón', que nadie sabe cuándo parará.

5. Programar los lavados para la madrugada

Otra opción es poner la lavadora y el lavavajillas al irnos a dormir, o al menos a partir de las once de la noche, y apagarlos por la mañana; de este modo lavaremos durante el periodo más barato. Aunque si tenemos el sueño ligero, el pitido de final de lavado nos puede estropear el descanso.

6. Dar a los radiadores la función de secar ropa

La secadora es al consumo eléctrico lo que Darth Vader a la buena voluntad: un agujero negro. Se calcula que un programa de secado extra de ropa puede superar el euro y medio de gasto. En cambio, si aprovechamos los radiadores de la calefacción para secar las piezas húmedas mataremos dos pájaros de un tiro: nos calentamos y secamos la ropa.

7. Evitar elaborar platos de larga cocción

Otra política lógica, si usamos vitrocerámica, tal vez la opción más extendida en las cocinas modernas, es evitar los guisos y estofados, dado que un solo fogón encendido ya gasta 38 céntimos de euro a la hora. Si somos de fabada, lentejas con chorizo, cocido y otros pesos pesados de la cocina nacional a diario, acabaremos pagando cinco euros a la semana por fogón en gasto de vitrocerámica.

8. Aprovechar el fin de semana para cocinar

Mejor si durante el 'subidón' apostamos por los platos rápidos como tortillas, carne a la plancha, caldo de tetra brik -aunque algunas marcas son realmente caras-, etc. Y mucho mejor si vamos al pollo frío, las ensaladas, los quesos, los embutidos o los patés. Si queremos hacer sopas, purés, estofados, guisos, callos y otras lindezas gastronómicas, podemos aprovechar el fin de semana para cocinar y luego congelar o guardar en túpperes en la nevera. Siempre tendremos un mejor precio de la luz.

9. Mantener la temperatura de la casa lo más alta posible

Hay que evitar los malos hábitos que disparan el gasto de tu calefacción: ventilar cuando más frío hace, dejar puertas abiertas de habitaciones que no se usan, no cerrar los radiadores de esas habitaciones, bajar las persianas de día cuando nos vamos a trabajar, no correr las cortinas por la noche, andar por casa ligeros de ropa, etc.

El enlace al inicio del párrafo anterior documenta bien cómo evitar tirar tontamente megavatios de energía en temas de calefacción. Es obvio que si hace mucho frío, tendremos que tener algunos radiadores encendidos, pero debemos ser conscientes de que su gasto, en caso de ser eléctricos, se dispara a casi los 0,25 euros la hora. En ocho horas son dos euros por radiador y día, siempre que no se nos ocurra dejarlos encendidos cuando estamos fuera, o los pongamos al máximo toda la noche.

10. Evitar los 'stand by' cuando estemos fuera

Adicionalmente, cuando no haya nadie en casa podemos dejar encendidos solo los electrodomésticos necesarios -nevera y calentador si es eléctrico-, apagando el router y los 'stand by' de la televisión y otros tantos aparatos que usen este sistema para el encendido en remoto. Por cierto que mirar la tele es una de las costumbres más baratas que se pueden tener, ya apenas gasta un céntimo por ocho horas de funcionamiento. Otra cosa es la calidad de la programación...

Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos, suscríbete al boletín de ConsumoClaro

Además te recomendamos: 

7 mitos sobre la congelación de alimentos que nos impiden ahorrar dinero

¿Contratar la luz con una cooperativa? Aclaramos las 10 dudas más frecuentes

$
0
0

Puede que muchas personas hayan oído estos días hablar de las llamadas 'cooperativas de renovables', al calor de las subidas en el precio de la luz, y se planteen un cambio a otro modelo de servicio que no esté ligado a las grandes del sector eléctrico, o bien a las comercializadoras con las que hasta ahora han trabajado.

Es posible que también una mayor conciencia de lo que implica el uso de las energías renovables esté detrás de esta motivación, tal como le sucede a Manuel, un socio que nos ha escrito para proponernos que hablemos sobre este tema y aclaremos sus dudas. Este artículo pretende responder a las preguntas y dudas más frecuentes con la colaboración de portavoces de las dos principales cooperativas del país: GoiEner y Som Energia

Además de Som Energia (con más de 30.000 socios) y GoiEner (3.350 socios en 2015), existen muchas otras cooperativas. Zencer (más de 1.000 socios en 2015) opera en Andalucía y Nosa Enerxia (260 socias y socios) en Galicia, por citar otros dos ejemplos. 

1. ¿Por qué hay que poner un dinero inicial para poder contratar?

Marc Roselló, portavoz de Som Energia, explica que toda empresa que se rija por el modelo cooperativo implica la aportación de un capital inicial, ya que además de cliente se pasa a ser socio de la empresa. Erika Martínez, portavoz de GoiEner, añade que la cantidad aportada, normalmente unos cien euros, sirve también para paliar el estrés de caja que provoca el nuevo cliente, ya que habrá que proporcionarle la energía por adelantado. Posteriormente su aportación pasará a formar parte del capital social.

2. ¿Qué pasa con ese dinero si me voy?

El cliente está en pleno derecho a recuperar este dinero. Como no hay contratos de permanencia en las cooperativas de renovables, no existen penalizaciones que nos hagan perderlos.

3. ¿Sale la factura más cara que en una eléctrica convencional al usar renovables?

Los portavoces de ambas cooperativas consultados coinciden en que no. Aseguran que el mito de que las renovables son caras hace ya años que se superó y que a pesar de la hostilidad del Gobierno, sus infraestructuras están amortizadas. Por tanto como mínimo tienen el mismo precio de mercado que las fósiles, si no más bajo.

Roselló explica que ellos ofrecen la parte fija de la factura sin márgenes adicionales a lo que impone el Gobierno, y la variable depende de las estrategias de consumo del cliente. Martínez explica que revisan las tarifas trimestralmente y no según las subastas diarias del mercado libre, lo que amortigua mucho su volatilidad.

4. ¿Puedo llegar a tener problemas de suministro si la cooperativa es pequeña?

No. La mayoría de estas cooperativas, salvo Som Energia, son principalmente comercializadoras. Por lo tanto solo venden el servicio de un productor y un distribuidor que son más grandes y garantizan el suministro.

5. ¿Pueden las grandes tomar represalias contra mí por pasarme a una cooperativa?

No más de lo que las pueden tomar en el caso de pasarse a cualquier otra comercializadora, explica Martínez. Hay casos aislados, dice, pero en ningún caso son la norma. Roselló asegura que hoy en día es casi imposible tener problemas por un cambio.

6. En caso de que la cooperativa quebrase, ¿podría volver a otra compañía sin quedarme sin suministro?

Tanto Roselló como Martínez destacan que sí, sin el menor problema. Además, al no existir contratos de permanencia, podemos irnos cuando queramos. En caso de quiebra, por ley pasaríamos a la empresa de nuestra zona del mercado regulado hasta que decidiéramos contratar otra, explica Roselló.

7. ¿Qué ventajas tengo por estar en una cooperativa?

Según Martínez, al ser socio pasas a ser un consumidor activo que tiene transparencia y participación en las decisiones de la empresa. Además, tienes toda la información sobre las estructuras de la misma a tu disposición y puedes ejercer presión si en un tema estás en desacuerdo.

Roselló añade la importancia de participar en el cambio de modelo energético hacia otro más colaborativo y sostenible, donde se dé entrada al autoconsumo y las energías renovables sean la norma.

8. ¿Puedo llegar a ganar dinero como socio si la empresa va bien?

No. Estas cooperativas se constituyen como sociedades sin ánimo de lucro en las que se emplean a una serie de trabajadores pero no se reparten dividendos, sino que se reinvierte en la empresa.

Algunos formatos contemplan un tipo de financiación adicional para la creación de productos en los que la inversión se devuelve y el beneficio se obtiene en forma de energía a precio de coste. Un ejemplo es la planta solar de Alcolea del Río, en Sevilla, que construyó Som Energía con aportaciones de socios.

9. ¿Se puede contratar también el gas?

No. El gas no está contemplado como energía renovable. La excepción es el biogás, que se usa en el ciclo combinado para generar electricidad.

10. ¿Generan estas cooperativas energía renovable o solo hacen de intermediarios?

La mayoría solo comercializa, con estructura de cooperativa y la garantía de solo comprar renovable, pero Som Energía ya produce un 6% de la energía de vende, según Marc Roselló. Poseen nueve plantas fotovoltáicas, entre ellas la de Alcolea del Río y una minicentral hidráulica. Erika Martínez asegura que a lo largo de 2017 GoiEner podrá anunciar sus primeros proyectos de generación de renovables.

Además te recomendamos:  

Once trucos para evitar gastar más de la cuenta en el 'super'

Contratar internet sin teléfono fijo: ¿es posible hoy?

$
0
0

Nos escribe Carlos, un socio de eldiario.es, con la siguiente inquietud: "Buenos días: me gustaría contratar fibra de 30 'megas' pero en todas las compañías me dicen que tengo que contratar linea telefónica. Técnicamente no tiene sentido unir ambas cosas. ¿Es legal que me obliguen a contratar un producto que no quiero ni necesito?".

La petición de Carlos exige varias respuestas. La primera es sí hay ofertas de fibra o ADSL que no incluyen la obligación de contar con un número de teléfono fijo y mucho menos con un aparato, aunque hay que ponderar bastante su precio porque pueden no ser tan ventajosas como creemos. La segunda es que, técnicamente, podría inferirse de algunas actuaciones de la antigua Comisión del Mercado de las Comunicaciones (CMT) que las compañías de telecomunicaciones tienen la obligación de hacer este tipo de ofertas. Vayamos por partes.

Naked ADSL

La opción de una línea de internet sin necesidad de contratar un teléfono fijo creó grandes expectativas a partir de 2000, cuando las conexiones se popularizaron y los routers se modernizaron, a la vez que el teléfono móvil se expandía con fuerza y adquiría nuevas funciones. A raíz de la aparición de los primeros smartphones, la conexión fija quedó en franca evidencia y a partir de 2005 fue una petición recurrente de los usuarios el llamado 'naked ADSL', es decir el eliminar del contrato el servicio de teléfono, que incluía el alquiler del aparato, con un coste de 13 euros al mes y la cuota de mantenimiento de línea.

En 2007 aparecieron las primeras ofertas de 'naked ADSL' por parte de compañías como Ya.com, que perseguían ofrecer por cable de cobre alternativas a la hegemonía de la entonces Telefónica Móviles. Esta empresa, entonces dueña de los llamados 'bucles del abonado' -un nodo de red donde se conectaba al abonado a su nueva compañía y se le desconectaba de Telefónica-, recurrió a la práctica de demorar deliberadamente las conexiones de los abonados al 'naked ADSL', hasta que la CMT le impuso una multa de un millón de euros en 2009 y obligó a Telefónica Móviles no solo a facilitar el acceso de las otras compañías al 'naked ADSL' sino también a ofrecer ella misma este servicio.

Así, que desde la sentencia de la CMT, es técnicamente obligatorio tener ofertas de este tipo y así las ofrecen numerosas compañías, aunque no todas: Vodafone, por ejemplo, no tiene este tipo de ofertas. Además, la mayor parte de las compañías ya no ofrecen un teléfono cuando establecen una nueva conexión ni obligan a pagar por él un alquiler. Aunque algunas contemplan este servicio si lo pide el cliente, no tiene mucho sentido cuando un teléfono inalámbrico cuesta en Amazon no más de 15 euros. 

Cuota de mantenimiento de línea, inevitable

Otro cantar es que se cobren o no las cuotas de mantenimiento de línea. Este coste, que en otros países no se contempla en la factura, aunque seguro que se incluye en el precio final, suele estar camuflado en las ofertas convergentes -que incluyen varios paquetes en una sola factura, normalmente fibra, móvil, 4G y televisión- y es más obvió en aquellas empresas que no las ofrecen.

Pero en todos los casos suelen existir, ya que refieren al coste de mantenimiento de la fibra o el cobre hasta el hogar, con independencia de que se tenga contratado un teléfono fijo o no. Así que no las evitaremos en un servicio que no incluya llamadas de fijo a no ser que apostemos por empresas que dan servicio con routers 4G para ordenadores y tabletas como Orange o Amena.

Orange ofrece un servicio 4G de 20-50 'megas' con permanencia de 18 meses a 35 euros al mes y un límite de descarga de 35 'gigas'. Amena ofrece condiciones similares pero con 100 'gigas' de bajada límite y sin permanencia. Ahora bien, el precio es de 30 euros al mes y una cuota de alta de 62 euros.

De todos, la cuota de mantenimiento de línea es posiblemente un coste producto del marketing y creado para justificar precios a veces al alza, pero ello no nos debe hacer dudar de que invariablemente las compañías con infraestructura propia nos cobran el mantenimiento de la misma en las tarifas. 

Ofertas 'naked': no siempre más baratas y sin convergencia

En cuanto a las ofertas existentes que permiten contratar cable o fibra sin necesidad de un número de teléfono fija, no son pocas aunque no siempre sus precios son tan ventajosos como optar por tener también llamadas desde fijo. Movistar tiene diversas ofertas en este sentido, pero sus precios se acercan mucho a los del contrato con teléfono fijo y si se trata de fibra o cobre simétrico, incluso resultan sensiblemente más caras.

Por otro lado, Movistar no ofrece una opción convergente que excluya las llamadas desde fijos, al igual que sucede con la mayoría de operadores con infraestructura propia, es decir Vodafone y MasMóvil. Vodafone no contempla ninguna oferta de 'naked' salvo en caso de fallo de la línea fija. Orange sí incluye una oferta que se puede considerarse convergente, la Orange Love, que incluye fibra por 300 'megas y dos líneas de móvil incluidas.

Tal vez la mejor oferta para Carlos, aunque no sea fibra, es la de Pepephone, que ofrece su ADSL Más Tonto, con una velocidad de hasta veinte 'megas' y con descargas ilimitadas por 23, 6 euros mensuales y sin permanencia. La cuota de alta depende de si es un alta nueva o portabilidad, dado que Pepephone es un operador móvil virtual que trabaja sobre la infraestructura de otros. En el caso de las altas nuevas el precio es de 90.75 euros y para portabilidades sale por 42.35 euros. 

Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos,  suscríbete al boletín de ConsumoClaro

Además te recomendamos: 

Movistar +, Netflix, HBO, Amazon Prime Video o Filmin: ¿qué servicio contrato?

Hipoteca inversa: un producto financiero de doble filo

$
0
0

La hipoteca inversa es un producto financiero en el que una persona mayor de 65 años, o con un alto grado de dependencia, puede obtener rentabilidad de sus propiedades inmobiliarias gracias a la concesión de un préstamo bancario en el que se ofrece una o varias viviendas como aval. Es un sistema de financiación que cuenta con el respaldo de la Ley Hipotecaria desde su reforma de 2007, y que busca permitir que las personas en edad de jubilación puedan obtener una rentabilidad de su patrimonio inmobiliario sin necesidad de venderlo y con la posibilidad de transmitirlo en herencia.

Entre 2007 y 2010 tuvo un cierto auge, pero posteriormente su difusión por parte de los bancos decayó por la falta de interés de los ahorradores. Ahora bien, la actual situación de la hucha de las pensiones y la incertidumbre sobre su futuro pueden llevar a muchas personas a replantearse este producto, incluso con incentivos por parte de la Administración. A requerimiento de Jaime y Manuela, socios de eldiario.es, este articulo explica tanto las posibles ventajas como los inconvenientes que puede tener una hipoteca inversa.

Ventajas

1. Es una forma de rentabilizar el patrimonio inmobiliario

La hipoteca inversa está pensada para que las personas en edad de jubilación puedan obtener un rendimiento financiero de una o más de sus viviendas mediante un préstamo bancario en el que se da como aval una parte del patrimonio inmobiliario. Es una oportunidad notable, y tal vez con futuro, en un país donde el 85% del ahorro doméstico está invertido en la vivienda. El préstamo del banco se puede recibir de golpe o en forma de renta mensual.

Si se recibe de golpe se deberá devolver en su totalidad a la muerte de los prestatarios. En el segundo caso, el más común, la devolución de la deuda dependerá del importe que alcance lo prestado a la muerte de los hipotecados: cuanto más vivan, mayor será la deuda. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que las mensualidades van teniendo un interés creciente a medida que aumenta la deuda con el paso de los años.

Cuando las personas prestatarias mueren, el contrato queda cancelado y sus herederos deberán devolver lo prestado o bien ceder la vivienda al banco. También pueden vender los inmuebles hipotecados para satisfacer la deuda acumulada más el interés, según les convenga.

2. Puede servir de complemento a la pensión

A nadie se le escapa que la situación de los pensionistas españoles es cada vez peor. También que no está claro cómo conseguirá la Administración en el futuro mantener las pensiones en un nivel acorde con el incremento del coste de la vida, respecto al cual están cada día más desfasadas. En este sentido, la hipoteca inversa puede ser un complemento más o menos generoso que permita vivir con dignidad en la etapa menos productiva y más insegura de las personas.

3. Tiene un tratamiento fiscal favorable

Al consistir en un préstamo, las rentas que se reciben por la hipoteca inversa no tributan como rendimiento y, por lo tanto, no implican un mayor pago de impuestos.

4. Podemos seguir residiendo en nuestra casa

En ningún momento el banco puede ejecutar un lanzamiento sobre nuestra casa, o nuestra segunda vivienda, que también puede estar sujeta a una hipoteca inversa. El contrato estipula que mantenemos la titularidad y podemos residir en ella hasta nuestro fallecimiento.

5. Los herederos tienen prioridad sobre el banco

Incluso después de nuestro fallecimiento, si existen herederos, estos tienen prioridad a la hora de aceptar la herencia y estudiar el modo de hacer frente a la deuda, que no necesariamente tiene que ser con la cesión del inmueble. Por ejemplo si este se ha revalorizado significativamente respecto al importe que deben afrontar ante el banco, pueden venderlo o explotarlo para pagar lo adeudado y capitalizar el resto.

6. Podemos alquilar la vivienda hipotecada

El Banco de España especifica que en casos de hipoteca inversa los prestatarios pueden seguir explotando la vivienda hipotecada en forma de alquiler, aunque deberán informar al banco sobre las condiciones y la longitud del contrato. También a los arrendatarios de la existencia de una hipoteca inversa a fin de que pueda resolverse el contrato a la muerte del o la arrendadora.

Inconvenientes

1. Solo se concede a viviendas de alto valor

Por sus condiciones y por la longevidad creciente de la población, los bancos solo conceden hipotecas inversas a personas con inmuebles muy valorados, que puedan responder en caso de que la deuda acumulada sea muy elevada. Esto deja en principio fuera de este producto a la mayoría de población, que ostenta viviendas de valor medio o bajo. No obstante en el futuro, si la cantidad de demandantes crece, los requisitos podrían cambiar.

2. Es un producto de una cierta complejidad financiera que puede dar lugar a abusos

La hipoteca inversa no es un producto sencillo, ya que tiene numerosos matices en función de la edad y la salud del prestatario, así como del valor de su inmueble. Se suelen incluir en él seguros para cubrir los casos de impago, o de pérdida de valor del inmueble, que pueden resultar abusivos o difíciles de entender para personas mayores.

También hay peligro de que le sean colocados, mediante manipulación informativa, a personas que no los necesiten o que estén ya cerca de la muerte, con el fin de apropiarse de inmuebles valiosos. En todos estos sentidos ya existen sentencias en España que fallan en favor de los prestatarios o sus herederos.

3. La carga la reciben los herederos

Siempre hay que pensar que si se deja herencia, esta conllevará la deuda adquirida, por lo que es importante que haya pleno conocimiento de este hecho por todas las partes, para evitar disgustos.

4. El valor de la deuda aumenta con el tiempo en lugar de disminuir

También hay que ser conscientes que al aumentar el interés con los años, la deuda puede ser muy alta y resultar dificultosa para los herederos. No obstante, estos siempre tienen el derecho a renunciar a la herencia.

5. Puede que a la hora de satisfacer la deuda la casa valga menos que la deuda

En caso de devaluación del precio del inmueble hipotecado, los herederos podrían tener que poner dinero de su bolsillo para satisfacer la deuda si aceptan la herencia, ya que el valor de la casa no la cubriría. Es un peligro que puede llevar a tener que renunciar al total de la misma.

6. Los intereses son altos

La hipoteca inversa es una inversión que los bancos recuperan con el tiempo, por lo que suelen gravarla con un interés creciente a medida que aumenta la vida del préstamo. Si la persona vive una larga vida, puede dejar a sus herederos una deuda astronómica.

7. Las rentas pactadas no son recalculables

Las rentas pactadas no suelen ser recalculables ni tienen en cuenta el IPC, por lo que con el tiempo pueden llegar a desfasarse a la vez que acarreen elevados intereses.

Con todo lo explicado, queda claro que la renta inversa es un producto complejo y sofisticado que precisa de un estudio profundo de las cláusulas que nos impone el banco. o las entidades que intermedien en el contrato. A la vez, también requiere un cálculo maximalista de las condiciones que pueden darse en caso de que nuestra vida se prolongue. 

Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos, suscríbete a nuestros boletines

Además te recomendamos: 

Ocho cosas que debes tener en cuenta antes de jugártela con un préstamo


Huertos urbanos domésticos: seis razones para pensárselo antes de montar uno

$
0
0

Se acerca la primavera y se nos puede ocurrir pensar en montar un huerto urbano doméstico, que al fin y al cabo están de moda. Todos soñamos con ir a una gran superficie del bricolaje y adquirir uno para montarlo en ese balcón que tenemos desaprovechado o bien en la terraza, siempre vacía o el patio, que hasta ahora solo acumula trastos. Qué mejor que una hermosa albahaca, una menta o unos tomates que nos deleiten con su rojo intenso...

Aparentemente no son costosos, darán un toque de naturaleza a nuestro paisaje hogareño y quién sabe si nos salvarán de los vaivenes en el precio de las hortalizas gracias a que lograremos auto abastecernos. Bien: en realidad las cosas no son exactamente así y, no obstante estas instalaciones resultan una práctica creativa, pedagógica y gratificante, debemos ser conscientes de que hay ciertos aspectos que merecen una reflexión. Este artículo relata seis posibles inconvenientes de los huertos urbanos domésticos.

1. La contaminación por metales pesados y compuestos orgánicos

Es el inconveniente más serio y además quizá el más real y constante. Es una realidad que la contaminación de las ciudades por los motores de los coches, especialmente los motores diesel, está matando 15.000 personas cada año en España debido a las emisiones de óxidos de nitrógeno. A ellos hay que añadir las partículas ligeras de menos de dos micrómetros que pueden flotar en el aire y difundirse hasta que se depositan en las superficies.

Muchas de ellas son metales pesados, especialmente plomo. Por ejemplo, en un estudio de huertos domésticos en México DF se encontraron entre 0,7 y 3.6 miligramos de plomo por cada kilogramo de hojas secas de lechuga (mg/kg); en la col se hallaron de 1,7 a 2,3 mg/kg; en las zanahorias de 0,5 a 3 mg/kg y los tomates entre 1 y 3 mg/k.

Las cantidades pueden variar en función de la contaminación de cada ciudad, pero es innegable que las hortalizas actúan como acumuladores de metales. Otros, no tan abundantes pero también presentes, pueden ser el cromo, el mercurio o el cadmio. A ellos hay que añadir los compuestos orgánicos nitrogenados que se depositen en la superficie de las hortalizas, si bien se pueden eliminar lavándolas con jabón y agua caliente.

2. El gasto en agua puede dispararse

A diferencia de las plantas medicinales y aromáticas que usamos para sazonar nuestros platos, como el romero, el tomillo o la albahaca, las hortalizas son plantas de regadío que requieren un continuo aporte de agua. Por descontado, si nuestro huerto cabe en un balcón, el exceso en la factura a final de mes no se notará, pero si tenemos un patio grande, una azotea o una terraza extensa, que hemos cubierto con el huerto, el gasto puede subir, sobre todo en los meses de verano. 

 

3. La inversión inicial puede ser notable

De nuevo aquí interviene la superficie que queremos cultivar: en un balcón este apartado no es significativo, pero si tenemos la ambición de ser soberanos desde el punto de vista alimentario en lo referente a vegetales y hortalizas, la ecuación debe estar equilibrada. Debemos tener en cuenta que los contenedores de los huertos, si son de madera o metal, deben ser tratados especialmente para soportar la humedad y los elementos corrosivos, entre los que puede estar el abono, por lo que son caros.

El precio del metro cuadrado de los cultivadores puede oscilar entre los 50 y los 100 euros, en función de los materiales en que esté construido, ya que si son de plástico todavía son más costosos. A ello hay que añadir el precio de la tierra de cultivo, que está alrededor 20 céntimos de euro por litro -en una jardinera cabe el equivalente a 50 euros de tierra más o menos-, los abonos, los tratamientos ocasionales, etc., que al detalle no resultan nada baratos. Así que si lo hacemos solamente por razones económicas, tal vez no salga a cuenta.

4. El desperdicio puede aumentar

Esto es algo que se aprende con la experiencia en huertos domésticos: el método es fundamental a la hora de sembrar, porque por pequeña que sea una semilla, cuando crezca puede aumentar hasta mil veces su tamaño. Así que si las plantamos al tuntún, todas juntas y sin medir el ritmo al que producirán su fruto, podemos vernos desbordados por una producción que no demos abasto para comer.

También puede ocurrir que las plantas nos salgan demasiado juntas y den lugar a plagas o acaben pudriéndose con la humedad. De este modo, en lugar de ser mas eficientes en la gestión de residuos, podemos aumentarlos. El mejor modo de evitarlo es trabajar con semilleros y luego replantar a la distancia conveniente, siempre usando solo dos o tres semillas en la siembra, por muy pequeñas que nos parezcan. Claro que el uso de semilleros vuelve a aumentar la inversión... 

5. Pueden atraer insectos que pican

Obviamente por la polinización como por la llegada de diversa fauna que puede estar interesada en compartir las hortalizas con nosotros, podemos encontrarnos con que las avispas y otros insectos de picada dolorosa frecuenten nuestro huerto y acaben por colarse en casa. Si tenemos niños pequeños, deberemos vigilar para evitar problemas como shocks anafilácticos por reacción al veneno de la picada. Una buena idea es usar mosquiteras en cunas y camas en verano. 

 

6. Pueden ser una fuente de epidemias

En la línea del apartado anterior, no es descartable que junto a abejas, avispas y otros insectos que por un lado puedan ser deseables pero por otro peligrosos, un huerto doméstico descuidado pueda ser fuente de epidemias como el zika en verano. El motivo podría ser el mosquito tigre, que ya se ha establecido en la costa mediterránea, que entre julio y octubre goza de un clima tropical, incluso a veces en periodos más largos.

Semilleros con agua, cultivadores y contenedores encharcados y con residuos orgánicos, son el espacio perfecto para que el mosquito tigre se reproduzca en pocas horas y extienda una población lo suficientemente amplia como para poder picar a una persona con zika y luego extenderlo a otras. En las ciudades mediterráneas, donde la densidad de población es alta, el nivel epidémico podría alcanzarse en pocos días.

Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos, suscríbete al boletín de ConsumoClaro

Además te recomendamos: 

Diez mitos alimentarios que conviene analizar

Cinco métodos de las abuelas para guardar productos frescos durante meses

$
0
0

Hubo un tiempo en que no existían los congeladores y los alimentos no se podían guardar indefinidamente a -16º C sin que se alteraran sus propiedades. Era el tiempo de nuestras abuelas, en que para alargar la vida de los alimentos, se tiraba de ingenio y de productos naturales que podían actuar como conservantes.

Hoy, muchos de estos métodos están todavía vigentes y si somos compradores de materia prima directamente del proveedor, pero no queremos perder demasiado tiempo yendo cada dos por tres a la tienda, pueden sernos muy útiles. Así, haciendo una compra masiva y dedicando un par de tardes a elaborar los preparados, podremos disponer de productos frescos durante meses, tratados por nosotros sin intermediarios y siempre consumibles al momento, algo que no sucede con los congelados.

A continuación te explicamos cinco modos de guardar productos frescos de modo que se conserven mucho más allá de su fecha teórica de caducidad.

1. Conservas

Es el sistema ideal para guardar verduras sin que el proceso altere su sabor, aunque también puede servir para carnes y pescado azul. Es además sencillo y rápido. Para hacer una conserva necesitaremos tarros de conservas de cristal con tapa de acero inxodable, preferiblemente nuevos, aunque se pueden reciclar los de otras conservas previas o compradas, siempre que la tapa no esté abollada.

Para poder reciclar los botes, evitaremos romper el vacío, al abrirlos, a base de golpear la tapa con una cuchara y, en cambio, voltearemos el tarro y lo golpearemos fuerte con la palma de la mano en la base. Comprobaremos que este golpe permite abrirlos fácilmente sin estropear la tapa. En consecuencia, si la tapa no tiene bollos y el bote es reutilizable, pondremos los botes y las tapas en una olla con agua hirviendo para esterilizarlas y también hacer que la tapa se dilate con el calor.

En otra olla coceremos con sal las verduras -pueden ser acelgas, espinacas, judías, patatas, garbanzos, etc.- hasta que estén comestibles. Cuando alcancen su punto, las colocaremos en los tarros, previamente esterilizados, hasta llenarlos tres cuartos de su volumen. Después rellenaremos hasta el cuello del bote con el agua con sal de la cocción; dejaremos unos centímetros sin rellenar y taparemos con la tapa bien fuerte. Seguidamente volearemos los tarros y dejaremos que se enfríen al revés.

En el caso de carnes o pescados, para evitar que pierdan sus propiedades al hervirlos, podemos cocinarlos según prefiramos y, una vez hechos, los introduciremos en caliente en los tarros esterilizados y en lugar de agua los rellenaremos con aceite de oliva a temperatura ambiente hasta el borde. Después enroscaremos la tapa, recién sacada del agua hirviendo, y ya estarán listos para guardar. 

2. Encurtidos

Se trata de un método de conservación basado en el vinagre que se suele usar para hortalizas -tomates, pepinillos, ajos, cebollas, etc.- y algunas frutas frutas dulces, como el mango o el melocotón, si nos gusta el sabor agrio. Para el encurtido utilizaremos un litro de agua, una taza -de las de café con leche- con vinagre blanco, media cucharada de sal y tres cucharadas de azúcar.

Cortaremos las hortalizas, eliminado las partes no comestibles, según deseemos, las lavaremos de restos de tierra y las escaldaremos un minuto en agua hirviendo. Paralelamente esterilizaremos botes de conserva, nuevos o reutilizados, también en agua hirviendo, los sacaremos y pondremos en su interior los vegetales escaldados.

Seguidamente añadiremos al agua del escaldado el vinagre, la sal y el azúcar y la llevaremos de nuevo a ebullición. Justo entonces la sacaremos del fuego y verteremos la mezcla en los botes con las hortalizas hasta cubrirlos. Taparemos fuerte y esperaremos a que se enfríen. Entonces los meteremos en la nevera durante una semana para que reposen. Después ya estarán listos para consumir cuando se desee.

3. Almíbar

La conserva en almíbar es ideal para frutas que no pueden ser cocidas porque perderían su sabor. Se usa una base de jarabe de azúcar que se consigue mezclando agua hirviendo con azúcar y removiendo hasta que la solución alcance una consistencia espesa. Una vez conseguido el punto, dejaremos que el jarabe se enfríe y pelaremos la fruta. Opcionalmente podemos escaldarla antes dos o tres minutos en agua hirviendo para que se pele mejor. 

Después colocaremos la fruta libre de hueso o semillas y piel, y cortada según deseemos, en botes de conservas previamente esterilizados según el método relatado en los anteriores casos. Rellenaremos el bote hasta el borde con el almíbar y taparemos. Una vez deseemos consumirlos, podemos lavar con agua para quitar el azúcar de la pulpa hasta el punto de dulce que queramos.

4. Sal muera

La conserva en sal muera es muy similar al encurtido pero no incluye vinagre e implica un cierto grado de fermentación en el caso de hortalizas, aunque esta se puede inhibir añadiendo una mayor proporción de sal. Además, se pueden usar diferentes hiervas aromáticas para dar mayor gusto a la maceración. Se usa para hortalizas y también para aceitunas, pero puede emplearse con pescado crudo, por ejemplo las anchoas, aunque antes de su consumo deberán ser convenientemente lavadas.

Se lavan bien las hortalizas, o las aceitunas, y se eliminan las partes no comestibles. Se esterilizan botes y se les añade el producto a conservar. Se realiza una mezcla de agua con sal, aproximadamente 150 gramos de sal por cada litro de agua, y se rellena con ella el contenido del bote hasta el borde. Si se desea se añaden hierbas aromáticas. Se tapan los botes y se dejan fermentando en un lugar oscuro y fresco durante una semana. Pasado este tiempo, se pueden guardar en la alacena para consumir cuando se desee.

5. Escabeche

Este sistema es el más complejo de todos los relatados, pero resulta ideal para que carnes y pescados cocinados se puedan guardar durante largo tiempo. Consiste en cocer la carne en una matriz de vinagre con aceite y salteada con verduras -normalmente zanahoria, cebolla, ajo y pimientos, aunque podemos utilizar apio y puerro- sazonadas con sal y granos de pimienta.

Se sella la carne ya salada en una olla, dorándola en aceite. Seguidamente las hortalizas se cortan en trozos y se ponen en la olla con el aceite que habíamos usado antes, durante unos minutos para que cojan sabor. Después se añade un puñado de pimienta en grano, una ramita de tomillo o romero, y una hoja de laurel. Seguidamente vertemos una copa de vino blanco, dos copas de vinagre blanco -para evitar que nos colore el escabeche- y algo menos de una copa con aceite. Salamos un poco, sin pasarnos.

Revolvemos la mezcla unos diez minutos a fuego alto, para que se concentren los líquidos, y después bajamos el fuego al mínimo y tapamos. Lo dejamos cociendo durante una hora así. Pasada la hora comprobamos que las verduras están bien cocidas y apagamos el fuego. Colocamos la mezcla en botes esterilizados y rellenamos con el líquido hasta casi el borde. Los tapamos y dejamos que se enfríen.

Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos,   suscríbete a nuestros boletines

Además te recomendamos: 

Siete plantas que desconoces pero que para tu abuela fueron importantes

Siete trucos para elaborar una lista de la compra que nos ayude a ahorrar

$
0
0

Mañana seguramente muchos de nosotros destinaremos la mañana o la tarde a hacer la compra semanal; es posible que seamos una familia de cuatro o más miembros, con lo que el gasto semanal dedicado a alimentación y productos del hogar se disparará a poco que nos despistemos. Y es que por mucho que lo intentemos, nos cuesta salir del super con menos de 300 euros gastados y repasamos una y otra vez el ticket en busca de aquellos productos que nos han reventado el presupuesto.

Hay diferentes técnicas tanto para ahorrar en el super como para fabricar listas de la compra racionales que eviten estos disgustos económicos un sábado sí y otro también. A continuación se proponen seis sencillos hábitos que pueden sernos muy útiles para ahorrar y evitar compras duplicadas y gastos en productos contingentes.

1. Tener claro cuánto nos podemos gastar al mes

Calcular un presupuesto mensual, o semanal, que nos deje claro qué cantidad es el límite que nos podemos gastar en la adquisición de alimentos u otros bienes del hogar, es fundamental. De este modo podremos establecer prioridades, una vez estemos en la tienda o el supermercado, según la necesidad de los diferentes productos y lo cerca que estemos de superar el presupuesto. También nos permitirá jugar con los productos de oferta para así cuadrar las cuentas sin tener que renunciar a demasiadas cosas.

2. Colocar los productos por orden de importancia

La mejor manera de priorizar los productos necesarios es colocarlos los primeros en la lista y escribir en último termino aquellos sin los cuales podemos pasar: los contingentes, los no urgentes y los caprichos. Si tenemos claro y en mente cuál es nuestro tope de gasto, iremos en primer lugar a por los productos más importantes y dejaremos para el final los más superfluos, siempre siguiendo el orden en la lista, de modo que si estamos dentro del presupuesto los compraremos, pero si estamos cerca de superarlo los reservaremos para otra ocasión. 

3. Hacer inventario de existencias

La idea es tener un excel en el ordenador donde pongamos los productos usuales en nuestro hogar y a continuación marquemos en la siguiente casilla el número de unidades que tenemos o si se ha terminado, así como, si la tenemos, su fecha de caducidad. Puede ser muy útil para no gastar tontamente en productos redundantes, que se van acumulando en el cuarto de la limpieza o la alacena.

Y en el sentido contrario, también nos ayudará a detectar cuando un producto se ha terminado o está cerca a su caducidad o a terminarse y por tanto podrá subir varios puestos en el orden de prioridad de la lista de la compra. Este inventario es sobre todo indicado para productos de limpieza, conservas, etc., así como para alimentos que pueden durar en la nevera o despensa más de una semana.

4. Marcar qué productos son urgentes

A veces productos aparentemente superfluos pueden ser necesarios por la sencilla razón de que sus existencias están prontas a terminarse. Por ejemplo, en la lista de la compra priorizaremos los frescos y otros productos que consumiremos durante la semana, pero si estamos a dos rollos de papel higiénico del final, o nos queda un culín de abrillantador de lavavajillas, podemos marcar estos productos con una señal roja que nos indique la urgencia de comprarlos. 

5. Crear partidas presupuestarias para cada tipo de producto

Otra manera eficaz de ahorrar es organizar alternativamente la lista por partidas presupuestarias, de modo que indiquemos cuánto dinero estamos dispuestos a destinar a los frescos, cuánto a conservas, vegetales, lácteos, refrescos, etc. 

6. Esbozar los menús de la semana

Un buen modo de acertar con los presupuestos parciales citados en el apartado anterior es hacer un esbozo de los menús de toda la semana para así tener una noción de cuánto dinero hay que destinar a cada partida. Al revés, podemos diseñar los menús en función de cuánto queremos gastar de los diferentes grupos de alimentos.

7. Una vez en la tienda, marcar qué productos están de oferta

Puede que a veces nos interese aprovechar las ofertas y otras no, porque podemos optar a otras marcas que nos gusten más. Pero tener una referencia histórica de los productos que con más frecuencia suelen estar de oferta en nuestra tienda o super habitual, nos puede permitir jugar con los presupuestos y los menús si queremos acceder excepcionalmente a otros productos más caros.

Lo ideal es realizar un excel, como el que ya hicimos para el inventario de existencias, en el que indiquemos el producto y las fechas en las que lo hemos visto de oferta para poder observar su frecuencia. Adicionalmente podemos indicar la marca que lo suele poner de oferta e incluso una referencia a la calidad del producto. 

Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos,   suscríbete al boletín de ConsumoClaro

Además te recomendamos: 

Seis razones para pedir que se elimine la fecha de caducidad de los alimentos

Huertos urbanos domésticos: diez cosas buenas que se consiguen al montar uno

$
0
0

Hace aproximadamente una semana ya hablamos de las cosas que hay que tener en cuenta a la hora de pensar en montar un huerto urbano. Como en aquella ocasión solo tocamos los contras, ahora nos centraremos en diez ventajas que pueden reportarnos este tipo de instalaciones, que podemos situar tanto en nuestro balcón como en una terraza o azotea.

1. Ahorramos en el presupuesto en hortalizas

Si medimos bien nuestras necesidades y hacemos una inversión acorde a las mismas, un huerto urbano doméstico nos puede salir muy rentable una vez hemos amortizado el gasto en el recipiente, la tierra, los fertilizantes, las semillas, etc. El principal gasto será el de el contenedor del huerto, que se suelen situar sobre los 70 a 100 euros. Para una familia de cuatro miembros, seguramente baste con uno de 90 litros donde podamos diversificar los cultivos en función de nuestras necesidades.

Es importante medir qué consumo de verduras queremos tener y de qué tipos, y en función del mismo sembrar la cantidad justa de semillas para cada hortaliza que deseemos obtener. Para ser más precisos podemos utilizar semilleros, donde estas germinarán, o bien dosificadores, que nos permiten inocular a la tierra la cantidad de semillas justas para asegurar un crecimiento, que suelen ser dos o tres.

La ventaja del semillero es que nos permite tener siempre en batería nuevas plantas germinadas que sustituyan a las que arrancamos para consumir. Deberemos, además, guardar una distancia entre cultivos de las diferentes hortalizas para evitar que al crecer se solapen y se cree humedad que dé lugar a plagas de gusanos o caracoles, hongos, etc. Si tenemos todos estos factores en cuenta, a buen seguro podremos borrar las hortalizas del gasto familiar. 

2. Tenemos un control total sobre los tratamientos

En las hortalizas de nuestro huerto urbano doméstico se producirán plagas, crecimiento de malas hierbas y vendrán insectos y caracoles a pegarse el festín. Podemos optar por usar tratamientos químicos u hormonales (herbicidas y pesticidas) o bien podemos tomarnos la molestia de arrancar las malas hierbas por nosotros mismos, eliminar las hojas o ejemplares que veamos afectados y usar otros métodos ecológicos de eliminación de plagas. De este modo tenemos un control absoluto sobre el modo en que se produce la hortaliza.

3. Eliminamos de la huella ecológica

En un huerto urbano doméstico el alimento viaja desde el balcón o la azotea a la cocina, sin necesidad de transporte que aumente las emisiones de efecto invernadero o la contaminación ambiental. Tampoco se producen desperdicios por almacenamiento o cambio de intermediarios durante la distribución ni descartes por motivos estéticos. Finalmente, como hemos comentado, tenemos un control sobre los tratamientos y evitamos los no ecológicos. De este modo reducimos la huella ecológica o daño sobre el medio ambiente.

4. Nos familiarizamos con la horticultura y sus condiciones

Comenzar a plantar distintos tipos de semilla de hortaliza descubriremos cómo es su evolución, que partes son las comestibles y qué necesidades y cuidados requiere cada especie. Nos sorprenderá, si somos novicios en la materia, ver lo poco que sabíamos a priori sobre el mundo de los vegetales de huerta, los ciclos climáticos de cada uno de ellos, las épocas óptimas para plantarlos o cuáles son las principales plagas que les afectan. 

5. Aumentamos nuestra ingesta de fibra vegetal

Sin duda con un huerto urbano estaremos más motivados a consumir fibra vegetal, lo que traerá múltiples beneficios para nuestro equilibrio dietético, la bajada del índice glucémico en nuestra sangre, nuestras funciones digestivas y la buena salud de nuestra flora intestinal.

6. Hacemos ejercicio físico moderado

Las necesidades de un huerto urbano hacen que debamos mover los brazos, agacharnos, inclinarnos, levantar y sostener pesos, etc. En definitiva, son una fuente de ejercicio físico moderado que sin embargo variará en función del tamaño y extensión del huerto. Para muchas personas que no practican ningún tipo de ejercicio intenso y llevan una vida sedentaria durante la semana laboral, este tipo de instalaciones pueden resultar muy beneficiosas.

7. Adquirimos conciencia ambiental

Aprenderemos cuáles son las frutas y verduras de cada temporada y así evitaremos buscarlas en el supermercado fuera de su estación, algo sumamente antiecológico. También seremos conscientes de la importancia y el valor del agua para mantener un suministro de alimentos.

Adicionalmente, conoceremos los animales y otras plantas que se relacionan con cada hortaliza y cómo, además de alimentarse de ellas, conforman un pequeño ecosistema que merece ser conservado en equilibro, algo que no sucede cuando se aplican pesticidas y herbicidas. 

8. Nos hace más metódicos

Un huerto urbano tiene no pocos requerimientos que debemos atender: el abono de la tierra, la siembra en la época adecuada, el control de plagas y malas hierbas, la dosificación de las semillas, la estratificación por germinaciones en los semilleros, el momento adecuado de trasplante y el de recogida, etc. Todas estas tareas nos ayudarán a adquirir un método que nos puede venir bien para otros aspectos de nuestra vida.

9. Fomentamos el consumo de semillas ecológicas

El control que nos da el huerto urbano sobre la cosecha permite escoger con qué tipo de semillas queremos trabajar. Podemos comprarlas en centros de horticultura o podemos extraerlas de hortalizas que hayamos recolectado nosotros mismos o adquirido de tiendas especializadas en productos de proximidad y ecológicos. Así, en cada cosecha podemos quedarnos con una porción de las semillas, aprender qué tratamientos precisan y usarlas en la siguiente estación, si deseamos evitar las semillas transgénicas.

10. Nos permite reciclar nuestros desperdicios alimentarios

El mantenimiento de un huerto urbano exige abonos cada cierto tiempo para devolver a la tierra su riqueza orgánica y mineral. Podemos utilizar parte de los desperdicios alimentarios domésticos, aquellos que sean materia orgánica, para alimentar un tanque de compostaje donde los mezclemos con tierra que vayamos revolviendo y oxigenando para permitir su degradación. 

Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos,   suscríbete a nuestros boletines

Además te recomendamos: 

Cinco métodos de las abuelas para guardar productos frescos durante meses

Ácido hialurónico: ¿nueva invención del marketing o remedio eficaz?

$
0
0

El ácido hialurónico es un elemento natural y común en muchos animales a lo largo de la cadena evolutiva -desde peces a aves o mamíferos- y que cumple diversas funciones de lubricación, relleno o mantenimiento de la elasticidad en algunas zonas del cuerpo gracias a sus propiedades físico- químicas. Por ejemplo, forma parte del líquido sinovial que lubrica las articulaciones en algunos mamíferos como las vacas, y también está presente en el de humanos, aunque no en tan alta proporción.

También está presente en nuestra piel entremezclado con el colágeno, que es la proteína matriz que mantiene nuestra dermis unida; el ácido hialurónico le confiere el aspecto terso que evita las arrugas. Otros ejemplos de su presencia son la cresta de los gallos y las gallinas -que se mantiene firme gracias a este compuesto-, los labios vaginales o la piel del escroto -tejidos a los que les ocurre lo mismo- o el humor vítreo de nuestros ojos, a los que ayuda a dar forma.

Una molécula muy peculiar

La razón de que tenga tantas aplicaciones en fisiología es que siendo una molécula relativamente sencilla -es un polisacárido del grupo de los glucosaminoglucanos- posee una gran viscosidad, gracias a su tamaño mediano y a que se rodea de cargas negativas que repelen a otras moléculas iguales, también cargadas negativamente. 

De este modo, relativamente pocas moléculas de hialurónico pueden ocupar un gran volumen con una baja densidad y la viscosidad de un aceite, debido a que por repulsión eléctrica unas moléculas se deslizan sobre las otras cuando son presionadas, ya que no pueden acercarse más; esto les da el efecto lubricante que es tan útil en las articulaciones de los animales.

Por otro lado, la gran presencia de radicales -OH en la molécula de hialurónico le permite retener a su alrededor un porcentaje de agua de hasta miles de veces su peso, lo que le confiere un alto poder hidratante que explica su presencia en las crestas de ciertas aves, en el humor vítreo del ojo animal o en la piel de los mamíferos: al hincharse con el agua adquiere el volumen que confiere un aspecto terso y neumático a estas estructuras.

¿'Chicharro' o hallazgo?

No es de extrañar, pues, que se hayan encontrado múltiples salidas comerciales para el ácido hialurónico: desde cremas hidratantes antiarrugas a reafirmantes de los labios vaginales, pasando por suplementos vitamínicos y dietéticos para deportistas, inyecciones de relleno contra las arrugas, en técnicas de cirugía estética no invasiva, o infiltraciones de sustitución del líquido sinovial en las articulaciones que presentan síntomas de artrosis. También para esta última enfermedad se vende en capsulas, mezclado con colágeno. 

¿Estamos frente a una molécula milagro u otro gran 'chicharro' que nos han colado de nuevo los departamentos de marketing? Ni una cosa ni la otra o, más bien, hay de todo un poco en el negocio del ácido hialurónico:

  • 1. En el campo de las aplicaciones médicas, las infiltraciones de hialurónico en las cápsulas sinoviales -los cojinetes de las articulaciones- funcionan. Especialmente en rodillas, se utilizan estas inyecciones para aumentar la lubricación y la hidratación de la articulación y reducir el desgaste del cartílago y el dolor que esto provoca. Ahora bien, al ser un material biodegradable, su duración no es perenne y con el tiempo se deben realizar nuevas infiltraciones.
  • 2. Como complemento de ingesta oral en capsulas de colageno y hialurónico para combatir la artrosis, son un chicharro total, porque ni el colágeno ni el ácido se asimilan por la vía oral, tal como deja claro la agencia europea de nutrición y seguridad alimentaria (EFSA). No son un producto malo, pero no pasa de ser una suplementación proteíca que puede estar bien para hacer crecer músculo en deportistas, pero que si no se aprovecha, acaba por ir a acumularse como grasa, como pasa con todos los excesos nutricionales.
  • 3. En su aplicación en inyecciones en cirugía estética mínimamente invasiva, parece que también tiene efectos positivos sobre la eliminación de las arrugas, aunque de modo temporal, ya que el injerto dura entre seis meses y un año y después hay que realizar inyecciones de mantenimiento. El ácido hialurónico actúa como cojín de relleno inmediatamente debajo de la dermis y confiere tersura a la zona, pudiendo moldearse una vez inyectado para dar la forma adecuada. Se utiliza para estos fines un ácido hialurónico biosintético, conseguido a partir de productos vegetales fermentados por bacterias. El fin de esta biosíntesis es evitar restos de proteína animal que pudieran provocar reacciones de rechazo autoinmune.
  • 4. Su formulación en cremas hidratantes y reafirmantes es otro 'chicharro' que nos cuelan, ya que salvo por sus grandes cualidades humectantes, es decir para acumular y retener agua, no está demostrado que el ácido hialurónico se asimile por la vía tópica, superando la epidermis. Entre otras cosas porque al ser una molécula de cadena larga, tiene difícil superar la capa externa de nuestra piel y llegar a la dermis, que es donde se colocan las inyecciones cuando se aplica por aquel método. Su efecto como crema, en todo caso, no tiene nada que ver con el conseguido mediante inyecciones.
  • 5. Finalmente, como crema de reafirmación de los labios vaginales tampoco se tienen evidencias científicas de su eficacia más allá de su efecto altamente hidratante, que por descontado ayuda a mantener la piel de estas zonas tersa, aunque no del mismo modo que podría hacerlo un relleno mediante inyección. 

Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos, suscríbete a nuestros boletines

Además te recomendamos:  

Por qué es mentira que la energía que llega a tu casa es 100% verde y otras revelaciones sobre las renovables

Seis ventajas de las plataformas de cupones para comprar más barato

$
0
0

Hacer la compra del super por internet con descuento, adquirir las entradas del cine más baratas en la web, tener acceso a ropa o zapatillas deportivas con sustanciosas rebajas, hacer viajes pagando menos en hoteles de cinco estrellas, etc. ¡Todo esto es posible gracias a los cupones! Basta con copiar un código al portapapeles del ordenador o el móvil y después, en el momento de hacer la compra, pegarlo en la casilla correspondiente. Así obtendremos nuestro ahorro.

Este sistema de descuentos y ofertas nos permite ahorrar en las compras online a través del empleo de todo tipo de códigos promocionales que las empresas emiten para sus consumidores más fieles. Lo cierto es que los cupones tienen mucho éxito: las cifras muestran que, si el 5,2% del PIB español ya se debe a la actividad del comercio electrónico, casi el 30% de la misma llega desde ellos.

Ahora bien, estas estrategias de marketing de fidelización tienen una serie de trucos que merece la pena conocer, sobre todo si tenemos en cuenta que la emisión de cupones de descuento está limitada a un reducido número de personas, los primeros que los cogen, y las promociones duran poco tiempo. ¿Cómo ser uno de ellos? Se pueden aplicar varias estrategias, pero sin duda la mejor y más práctica es emplear las plataformas de cupones, como cupon.es o rebatly.es. A continuación te contamos por qué estas plataformas pueden ser el mejor modo de no perderte una sola promoción.

1. Te ahorran el tener que hacer un directorio de las grandes marcas y plataformas de comercio electrónico e investigar si ofrecen cupones, cómo y donde

Las grandes marcas de ropa, calzado, supermercados, telefonía informática, etc., así como Amazon, Aliexpress y muchas otras plataformas, tienen páginas web desde las que venden también sus productos. Muchas veces, con el interés de agotar determinadas existencias o de dar a conocer nuevas colecciones de moda, alimentos, gamas de productos etc., lanzan ofertas de descuentos mediante emisiones de cupones.

Pero ojo que son limitadas y solo los consumidores más atentos se los llevarán. Para ser una o uno de ellos deberíamos rondar continuamente por las plataformas y comercios en la red de estas compañías a la caza del siguiente cupón. Con suerte, seremos uno de los afortunados si nos pasamos la vida navegando por sus páginas. En cambio, es mucho más práctico usar las webs de cupones de descuento, ya que te permiten tener en una sola página todos los cupones existentes y los muestran de una manera ordenada para que sea fácil encontrar los de nuestros comercios favoritos.

2. No tenemos que descargarnos las aplicaciones de las empresas

Otra alternativa para no perderte un solo cupón es descargarnos las aplicaciones para móvil de las distintas marcas y comercios que nos interesen, ya que algunas de ellas suelen enviar notificaciones de la emisión de ofertas desde sus aplicaciones. Así, si tenemos la aplicación activada, la oferta aparecerá en nuestra pantalla poco después de ser emitida y podremos aprovecharla inmediatamente. Sin embargo, accediendo directamente a la web de cupones tendremos todas las novedades en la pantalla en un solo vistazo.

3. Evitaremos tener que suscribirnos a mil boletines

Si nos suscribimos a los boletines, o 'newsletters' de las diferentes marcas desde sus páginas web, podremos recibir las ofertas puntualmente en nuestro correo electrónico y así ganar tiempo en la carrera para llegar a la plataforma y solicitar el código. Adicionalmente, algunas marcas envían a los suscriptores los cupones, pero generalmente las promociones están limitadas a un periodo de tiempo determinado, por lo que conviene estar atentos al boletín.

Ahora bien, si usamos nuestra plataforma de cupones de referencia evitaremos tener que pasarnos el día rellenando formularios para suscribirnos a boletines, y tampoco tendremos que estar todo el rato pendientes de nuestro correo electrónico para ver si nos llega alguna novedad interesante en materia de códigos promocionales.

4. No hace falta que sigamos a las marcas en sus redes sociales

Otra estrategia complementaria a las anteriores es seguir a la marca en sus redes sociales, ya sea Facebook, Twitter, Instagram o cualquier otra, porque suelen informar en ellas de nuevas promociones y dónde encontrar los cupones de descuento. Incluso a veces emiten por sus redes los códigos... Para los primeros que los vean. Si usamos el sitio de cupones, nos ahorraremos tener que seguir a un montón de marcas y podremos dedicar nuestro Facebook a otras cosas que nos interesen más.

 

5. No tendremos que agregar extensiones del navegador para buscar cupones

Algunos desarrolladores, fans de plataformas como Aliexpress, han lanzado extensiones para los navegadores más populares, Chrome y Firefox, que pueden incorporarse al navegador y que avisarán cuando haya una nueva oferta. De este modo, si estamos delante del ordenador, nos enteraremos inmediatamente de la promoción. Pero con las plataformas de cupones estas extensiones se hacen totalmente innecesarias.

6. Tendremos cupones que no se encuentran en ningún sitio más

Además de haberse especializado en recoger todos los códigos promocionales que hay en la red y agruparlos por categorías en sus plataformas, las webs de cupones proporcionan códigos lanzados especialmente para ellos y que no encontrarás en la página web de las grandes marcas sino solo en la plataforma del buscador.

¿Es seguro reutilizar los envases de los alimentos para guardar otros?

$
0
0

En los últimos años, y fruto de los numerosos cambios económicos, sociales y culturales, han aparecido nuevas pautas de consumo y, con ellas, ha aumentado de manera considerable la compra de productos envasados. En pocas décadas se ha doblado la producción de residuos, favorecido en gran parte por los envases de un solo uso. Los europeos pueden llegar a usar más de 100 kilos de envases por persona y año en forma de bolsas de plástico, cartón, latas, botellas, plásticos, tretras, etc.

Todos ellos son resistentes y duraderos, pero tienen un gran impacto ambiental. Para invertir la situación, y ser fieles a la frase "el mejor residuo es el que no se produce", una mayor conciencia hacia el medio ambiente ha llevado a entender que es necesario dar una segunda oportunidad a los envases de los alimentosMetal, vidrio, plástico o papel son algunos de los materiales más utilizados en los mismos.

¿Les podemos dar un segundo uso sin que ello haga peligrar la seguridad del alimento que ponemos? Depende en gran medida del tipo de material del que se trate, ya que unos son más resistentes y seguros a cualquier tipo de tratamiento (lavado con el lavavajillas o cocción en el microondas) que otros.

Plástico, uno de los más utilizados

Reutilizar el plástico conlleva riesgos químicos, pero sobre todo microbiológicos. El contenido -fluidos o pastas en la mayoría de los casos, si pensamos en botellas o envases para sopas o cremas- puede contaminarse con bacterias procedentes de las manos o, si se lava el envase, con algún detergente, cosa que facilitaría la salida de componentes químicos del plástico al alimento. 

Debe tenerse en cuenta que este tipo de envases están diseñados para un uso concreto; cuando se les da más utilidad de la que se espera, pueden deteriorarse y llegar a formarse roturas en forma de grietas, lo que se convierte en una entrada perfecta para bacterias. Por tanto, antes de reutilizar una botella de agua, por ejemplo, comprobaremos que se encuentra en buen estado y que no tiene cortes o cualquier otra imperfección. 

En las instrucciones de uso se verá cuáles son las condiciones de temperatura y tiempo que admite el material. Otro aspecto por el que no se aconseja reutilizar o rellenar las botellas de agua es por razones organolépticas. Por tanto, la cantidad de veces que se puede reutilizar el plástico es limitada.

Dentro de los plásticos están las cada vez más generalizadas bandejas de polipropileno, uno de los polímeros más usados en la conservación de alimentos. Con este material, suelen hacerse bandejas para alimentos frescos como carnes, productos que no se someten a ningún tratamiento adicional para su conservación. Estas bandejas normalmente son aptas tanto para refrigerar como para la congelación. Es aconsejable seguir las instrucciones de uso del fabricante a la hora de reutilizar estas bandejas aunque se trata de un material muy inerte e inalterable. 

Vidrio, uno de los que más puede reutilizarse

El vidrio es uno de los materiales más seguros para reutilizar: genera una alta barrera a los gases y al vapor de agua, es inalterable químicamente (a diferencia del plástico), resistente a la corrosión, a la oxidación y a las altas temperaturas, es impermeable a los líquidos y a los gases y no se deforma. Pero, por el contrario, es muy pesado y muy frágil. Se trata de un material que, precisamente por estas dos particularidades, ha ido perdiendo protagonismo en el sector de la alimentación (ya casi no se encuentran botellas de leche de vidrio, por ejemplo). 

Se usa sobre todo para botellas y tarros, que se pueden pasteurizar a altas temperaturas. Se diferencia entre el vidrio transparente, que se usa sobre todo para conservas de legumbres o comida infantil, botellas de agua o zumos de fruta y el vidrio verde (vino) y marrón (cerveza). Es un perfecto material para reutilizar: puede lavarse en el lavavajillas antes de volver a usarlo, resiste a temperaturas de hasta 150ºC, por tanto, incluso puede esterilizarse.

A diferencia de los otros materiales, el vidrio no tiene el problema de las migraciones, es decir, que pasen sustancias no deseadas del envase al alimento. Además, debe tenerse en cuenta que hasta hace unos años los envases de vidrio eran casi todos retornables, lo que explicaría también su inalterabilidad al paso del tiempo, una gran virtud para este material.

Aluminio

De aluminio hay una gran diversidad de envases. Los envases rígidos se usan para latas de bebida y refrescos; los semirrígidos para bandejas de alimentos precocinados y los flexibles para el papel de aluminio para envasar alimentos. Este material es muy resistente a altas y bajas temperaturas y genera una alta barrera a los gases y al vapor de agua. 

Las latas no es muy práctico ni recomendable reutilizarlas por su forma y porque el contenido puede sufrir alteraciones. Son eficaces mientras el envase se mantiene cerrado; a partir del momento en el que se abren, el alimento puede empezar a perder cualidades y sabor, por lo que es recomendable guardar el alimento en otro recipiente, mejor de vidrio. 

¿Qué pasa con las bandejas de aluminio? Este material actúa como barrera protectora en la pérdida de aromas de los alimentos, los protege de la luz, el oxígeno, la contaminación y la humedad. Pero pueden producirse migraciones al alimento que dependen, sobre todo, de la temperatura y el tiempo de calentamiento (cocción), la composición, el pH del alimento y la presencia de ácidos orgánicos, sal y otros iones. Por tanto, una vez utilizada la bandeja en el horno no deberemos volver a utilizarla para otro uso alimentario. 

Papel y cartón

A diferencia del vidrio y del metal, estos materiales son más baratos, ligeros y se puede imprimir encima. Sin embargo, no son impermeables ni al vapor de agua ni a los gases y tampoco son muy resistentes al rasgado. Se utilizan sobre todo para hacer bolsas y cajas para envasar alimentos secos como la sal o la harina, pero también se hacen etiquetas para los envases de vidrio, metálicos y de plástico. 

Reutilizar el papel y el cartón no es aconsejable desde el punto de vista de la seguridad alimentaria. Es un material frágil, que puede rasgarse y romperse con facilidad. Si se ensucia con cualquier líquido o sustancia, no puede lavarse, por tanto, su uso ya no es seguro. 

¿Qué pasa con el brik?

Se trata de un envase mixto formado por multicapas formadas por tres materiales: cartón, plástico polietileno y aluminio. Cada capa es de un material distinto y apropiado para una función concreta. Es un importante material que protege el producto del aire, la luz y las bacterias y, si es aséptico, no es necesaria la refrigeración. Pero el brik, a diferencia de los demás materiales citados, no es reutilizable por las dificultades que presenta su lavado y sellado. 

Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos, suscríbete a nuestros boletines

Además te recomendamos:

"Alimento caducado, ¿lo tiro o me lo como?"


Quince estrategias para derrochar menos comida y aprovechar mejor las sobras

$
0
0

En la Unión Europea cada año se desperdician unos 88 millones de toneladas de alimentos, lo que significa un 20% de todos los alimentos producidos, con los consiguientes costes que, según datos de la Comisión Europea, se estiman en 143.000 millones de euros. En España, según cálculos del Ministerio de Agricultura de 2015, los españoles desecharon 1.325, 9 millones de kilos de alimentos, entorno al 4,53% de todo lo comprado.

El desperdicio en España se produce sobre todo en el hogar. Los consumidores son grandes responsables de la gran cantidad de alimentos que se desperdician. ¿Cómo puede revertirse esta situación? Hay algunos trucos muy sencillos para no tener que tirar tanta comida a la basura que, además, nos permitirán ahorrar.

Se empieza por comprar más de lo necesario, sin pensar si realmente se necesita o no. No se presta atención a la manera de conservación de los alimentos y en ocasiones estos se echan a perder antes de tiempo debido a unas malas prácticas. Se confunde la fecha de consumo preferente, que informa del punto máximo de frescura del producto, no de la seguridad del alimento, y si ésta ha pasado lo tiramos.

No se presta atención a la despensa ni a la nevera, de manera que se almacenan las sobras sin revisarlas ni consumirlas en un plazo corto de tiempo, antes de que se echen a perder, o sencillamente no nos acabamos la comida del plato y se opta por tirarla a la basura en lugar de aprovecharla para otra ocasión. 

Cinco consejos para tirar menos comida

Los españoles tiramos 1.325,9 millones de kilos de alimentos a la basura , como ya hemos dicho, pero uno de los datos más sorprendentes es que predominan en la basura productos de nevera y despensa desperdiciados tal y como se compraron. Según el estudio Desperdicio de alimentos de los hogares en España Otoño-Invierno + Primavera-Verano 2015, ocho de cada diez hogares tiran alimentos a la basura, sobre todo pan fresco, frutas y verduras.

Es decir sin procesar. El motivo es que consideramos que no están en buen estado cuando en realidad sí lo están. Otro dato significativo es que la estacionalidad también se hace patente en el despilfarro de alimentos: en primavera y verano se desperdicia un 9,4% más que en otoño-invierno.

Para reducir la cantidad de comida que se tira en los hogares, basta con seguir estos cinco sencillos consejos:

  1. Hacer una lista de la compra pensando en el menú de la semana para evitar comprar en exceso.

  2. Planificar las comidas intentando aprovechar los alimentos que hayan podido sobrar; por ejemplo buscar o crear recetas que incluyan las sobras que tengamos en la nevera.

  3. Si sobra una gran cantidad de comida preparada se puede congelar adecuadamente o hacer conservas, encurtidos, escabeches para que no se estropeen.

  4. Usar los alimentos que caduquen antes. Un truco para hacerlo es colocar en primera fila en la despensa o la nevera los que caducan antes y al fondo los de fecha de caducidad más prolongada.

  5. Conservar los productos en el lugar adecuado y siguiendo las instrucciones de la etiqueta. No todos los alimentos van a la nevera; algunos, como los plátanos, los mangos o los aguacates, se estropean en la nevera o pierden su sabor, como pasa con los tomates; otros se deben ir directamente al congelador si vamos a tardar en consumirlos y finalmente algunos sin refrigeración duran menos de 24 horas, como sucede con el pescado y los mariscos, pero también algunos lácteos.

Diez maneras de sacar partido a las sobras

Si se presta atención a ciertas maneras de preparar los alimentos, y a cómo aprovechar la comida que sobra, también se puede reducir la cantidad alimentos que se tiran a la basura:

    • La ensalada debe aliñarse justo antes de consumir y en la cantidad que se vaya a comer. Si se hace antes y resulta que no se come, el aliño la echará a perder. Con el aceite, la sal o el vinagre se potencia el deterioro de las verduras, sobre todo de la lechuga.

    • El pan puede congelarse, bien en rodajas o entero. Si ya está seco, se pueden hacer tostadas bañadas con huevo y fritas; hacer picatostes, tostadas o bases para canapés.

    • Si hemos hervido mucho arroz y queremos aprovecharlo para otra comida, debe refrigerarse justo después de cocinarlo. Si se deja a temperatura ambiente mucho tiempo, las bacterias se multiplicarán con rapidez. También es posible congelarlo si no está mezclado con salsas o aceite.

    • En el caso de preparaciones con salsa, esta se añadirá justo en el momento de servir; de esta manera, si sobra comida podrá conservarse la salsa a parte, lo que permitirá que aguante más y mejor: la comida por un lado -macarrones, por ejemplo- y la salsa de tomate por otro.

    • Pueden hacerse platos alternativos con la comida que sobra: cremas, croquetas, ensaladas, postres y compotas, que pueden salir de sobras de carne, pescado o guisos.

    • Alimentos como el pollo pueden reutilizarse para hacer guisos. La carne, tras cocinar, aguanta unos tres días en la nevera.

    • Salsas, preparaciones con huevo y pescados pueden conservarse separadas en la nevera un máximo de 24 horas.

    • Si la macedonia está muy pasada se puede hacer un batido de frutas o utilizarse como parte de un pastel de frutas.

    • Antes de tirar las frutas muy maduras, se pueden hacer postres como compotas o mermeladas.

    • Los tomates maduros pueden triturarse y hacer una salsa para elaborar pizzas o macarrones.

    Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos, suscríbete a nuestros boletines

    Además te recomendamos:

    "10 trucos para leer el etiquetado nutricional de los alimentos de forma rápida y provechosa"

    ¿Qué alimentos pueden ir en la nevera y cuáles no?

    $
    0
    0

    Tras hacer la compra, y ante la duda de saber si las manzanas van a la nevera o no, o si los huevos es mejor dejarlos fuera, la tendencia es usar este electrodoméstico como si fuera la despensa. Pero no lo es. Guardarlo todo en la nevera es un error común que se ha generalizado en los últimos años para dar cabida a la cada vez más masiva compra de alimentos; ya no compramos a diario sino que reservamos para esta tarea un día de la semana o el mes.

    La nevera cumple una función muy específica: alargar un poco más la vida útil de los alimentos. Pero para conseguirlo no vale todo. El frío tiene un efectivo poder conservante y a temperaturas de unos 5ºC, las bacterias pierden fuerza y ralentizan su propagación. Pero las bajas temperaturas también pueden echar a perder antes de tiempo determinados alimentos porque no toleran bien las condiciones de refrigeración.

    Los alimentos que no van en la nevera

    Sin saberlo, en ocasiones podemos estropear los alimentos poniéndolos en la nevera. Para algunos no sólo no es necesario, sino que además se logra justo el efecto contrario al que se persigue. El ambiente húmedo de la nevera puede estropear y poner rancios alimentos que se conservan mejor a temperatura ambiente, en la despensa, en los envases adecuados.

    • Los plátanos no deben guardarse en la nevera a menos que estén muy maduros; tampoco el melón o los aguacates.
    • El almidón de las patatas se convierte en azúcar y las hace dulces cuando se cocinan. Deben mantenerse lejos de frutas como manzanas, que producen etileno, y que puede hacer que las patatas empiecen a brotar antes de tiempo.
    • Ajos y cebollas pueden almacenarse juntos, a temperatura ambiente, en un recipiente abierto para permitir la circulación de aire preferiblemente lejos de la luz. No debe quitarse la cáscara, parecida a un papel, porque actúa de protección hasta que se utilizan. La humedad y el frío ablanda estos alimentos.
    • Las bajas temperaturas hacen que en el chocolate se forme una capa blanca en la superficie, que cambie el color y se pierda sabor.
    • El café y el pan, en un ambiente húmedo, también pierden sabor. Si se quiere alargar el tiempo de conservación del pan puede congelarse.
    • Los pepinos odian el frío y también son sensibles al gas etileno, por tanto, lejos de plátanos, manzanas, melones o tomates.
    • Los tomates, en la nevera, pierden sabor ya que el frío altera la textura de este alimento y hace que se frene su proceso de maduración.
    • Alimentos deshidratados como arroz, pasta y frutos secos.
    • Frutas tropicales como la piña están acostumbradas a las altas temperaturas; el frío hace que pierdan las enzimas que las hacen madurar. La temperatura ideal para estas frutas ronda los 10ºC.
    • La miel en la nevera se cristaliza y pierde muchas de sus propiedades. Debe tenerse en cuenta que es rica es azúcares y por su pH se conserva bien a temperatura ambiente.

    ¿Por qué no debemos guardar las manzanas al lado de nectarinas?

    Algunas frutas y verduras no se conservan bien si se ponen juntas porque manzanas, plátanos, melones o tomates producen gas etileno, que actúa como hormona de la maduración y acelera el deterioro. Estas frutas continúan con el proceso de maduración tras la recolección; si se guardan cerca de otras frutas que sean sensibles a este gas, como la sandía o las nectarinas, estas también se echan a perder antes.

    Los alimentos que sí van en la nevera

    • Carne y pescado frescos, van en el estante más bajo, encima de los cajones, donde la temperatura es más fría. Se conservarán bien de dos a tres días.
    • Lácteos, yogures y mantequillas deben ir en la parte de arriba, que es la que tiene las temperaturas más bajas. La mantequilla se guardará bien tapada porque los productos con grasa son los que absorben más los olores de otros alimentos. La leche abierta puede durar de tres a cuatro días.
    • Huevos. ¿Por qué los compramos a temperatura ambiente y, en cambio, tenemos que guardarlos en la nevera? Este alimento requiere temperaturas frescas, de unos 15ºC. Por tanto, si los ponemos en la nevera, se puede controlar más la temperatura que fuera. En las tiendas están fuera porque los huevos no pueden tener cambios bruscos de temperatura. Es preferible ponerlos en una zona menos fría, como la puerta, donde podrán estar de dos a tres semanas.
    • Salsas como mayonesa y ketchup, en la puerta.
    • Verdura cocida y carne y pescado cocidos, en la zona más alta durarán unos tres días.

    Por cierto que lavar las frutas o verduras antes de ponerlas en la nevera no es recomendable porque la humedad favorece el crecimiento de bacterias. 

    La nevera no hace milagros 

    Los beneficios del frío en la conservación de los alimentos son importantes, pero no hace milagros. Por tanto, el tiempo que durarán los alimentos en la nevera es limitado, más o menos largo, pero con fecha de caducidad. Y es que, a pesar de que un alimento se guarde en la nevera, este no se vuelve inmune al deterioro. 

    Es igual de vulnerable a la aparición de moho y a estropearse pero lo hace de manera más lenta, como también lo hace la pérdida de propiedades como el gusto o la textura. La nevera, por tanto, también tiene límites sanitarios y organolépticos para los alimentos, aunque a menudo se le quiera dar un poder que no tiene, olvidando en ella por demasiado tiempo una comida preparada o una lechuga que cuando queramos aprovecharla ya habrá perdido todas sus cualidades.  

    Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos, suscríbete a nuestros boletines

    ¿Aceite de oliva o de girasol?: cinco falsos mitos en torno a su uso

    $
    0
    0

    El aceite de oliva está por las nubes, en buena parte por causa del aumento de la exportación de este producto respecto al de origen, o distribución, italiana. Así, que este producto que tradicionalmente ha estado a mano de los consumidores españoles a un precio comparativamente razonable, al menos respecto a lo que se paga por él en los países no productores, se está convirtiendo en un producto de lujo, cada vez menos al alcance del consumidor medio, sobre todo en sus versiones virgen y virgen extra.

    Una consecuencia de esta escalada de precios ha sido la inclinación, forzosa o no, de muchos amos y amas de casa por la alternativa del aceite de girasol, que conserva precios bastante más razonables. Muchos pensarán que se trata de "la alternativa pobre" por la supuesta peor calidad del aceite de girasol, pero esto no es exactamente así. Es cierto que el aceite oliva tiene unas propiedades excepcionales, pero hacer de menos al aceite de girasol es un error producto de la ignorancia.

    A continuación te explicamos cinco concepciones equivocadas que tenemos con respecto a la relación entre estos dos aceites, qué valor tiene cada uno, para qué son más útiles en la cocina y las alternativas que hay en el mercado.

    1. Usar aceite de oliva para freír es un sacrilegio

    Tiende a pensarse esto creyendo que la alta temperatura desnaturaliza muchas de las propiedades del aceite de oliva, que por su valor organoléptico y sus grandes cualidades es perfecto para consumir en crudo. Por lo tanto, existe la creencia extendida de que el aceite que hay que usar es el de girasol porque es más barato, peor o simplemente más neutro de sabor.

    Pues bien lo cierto es que el aceite de girasol no es bueno para las frituras, al menos no tanto como el de oliva, que por el tipo de ácidos grasos que comprende -especialmente el oleico- está más preparado para resistir las altas temperaturas sin degenerar. Al contrario, el aceite de girasol las resiste peor y es más tendente a formar polímeros similares a las grasas saturadas y trans por el efecto de la temperatura.

    Por ello, que si se fríe con él, conviene no reutilizarlo. Y de acuerdo en que usar un aceite de oliva virgen extra para freír puede ser un derroche, pero hay alternativas más baratas como los refinados o lo orujos. 

    2. El aceite de girasol es más pobre desde el punto de vista nutricional

    El aceite de oliva es sin duda excepcional por sus propiedades vitamínicas, sus compuestos antioxidantes y su alto porcentaje en ácido oleico, con grandes efectos sobre la buena salud cardiovascular, la prevención contra el cáncer, la diabetes y otros beneficios. Pero el aceite de girasol no se queda atrás.

    Sin llegar al nivel del aceite de oliva, puede hacerse valer por sus propias virtudes: contiene uno de los dos únicos ácidos grasos que el cuerpo humano no es capaz de sintetizar: el ácido linoleico (Omega 6). Por lo tanto es una excelente fuente de ácidos grasos esenciales y además su proporción de ácido oleico tampoco es despreciable: un 22%.

    Por otro lado, con 50 a 62 miligramos por cada 100 mililitros, es uno de los alimentos más ricos en vitamina E que existen, solo por detrás del germen de trigo. La viamina E o tocoferol es un poderoso antioxidante. 

    3. En las ensaladas solo hay que usar aceite de oliva

    Cierto que el consumo del aceite de oliva crudo es muy saludable, y cuanto más virgen sea, mejor, pero no hay que olvidar que es un aceite de una gran personalidad, con un sabor potente y un amargor y un picor muy característicos. Es un buen aceite para ensaladas mediterráneas clásicas, pero no sirve en otros platos, por ejemplo de cocina oriental, donde priman otros sabores, o para mezclar con sabores dulces e incluso ácidos. En estos casos puede ser interesante un aceite más suave. 

    4. Usar en crudo el aceite de girasol es de cutres

    Craso error. Aparte de probarlo en las ensaladas antes citadas, el aceite de girasol es mucho más apropiado -al menos desde el punto de vista organoléptico, aunque los gustos son como las opiniones- para ligar salsas y mayonesas, ya que ofrece untuosidad a la vez que un sabor mucho más suave que respeta los otros elementos, cosa que no pasa con ciertos aceites de oliva.

    5. No existe aceite de girasol virgen

    Podemos pensar en el típico aceite de girasol refinado, que al igual que el aceite de oliva refinado, pierde parte de sus cualidades nutricionales, como la vitamina E. Pero lo cierto es que existe una oferta de aceite de girasol sin refinar que se obtiene de un prensado en frío y conserva sus cualidades de sabor suave y su porción vitamínica. Se le conoce comercialmente como 'bio' o 'eco'. Ahora bien, su principal problema es que el precio es elevado, casi más que el del aceite de oliva.

    Otra alternativa es el llamado 'aceite de girasol alto-oleico', que se logra de una variedad de semillas seleccionadas que tienen un porcentaje de ácido oleico similar al del aceite de oliva, por lo que lo convierte en apto para freír. 

    Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos, suscríbete a nuestros boletines

    ¿Está esta planta muerta o puede volver a brotar?

    $
    0
    0

    "¿Está esta planta muerta o puede volver a brotar?" Ésta es una pregunta desgraciadamente demasiado habitual. A menudo se me consulta por árboles que aún no han brotado o por plantas maltrechas a las que les ha faltado el agua, acusaron el frío o sufrieron alguna contrariedad. Obviamente, yo no puedo ofrecer la respuesta, no tengo la planta delante, pero voy a intentar ayudar a sacar algo en claro.

    1. Descartar que sea de hoja caduca

    Hay que empezar por lo más obvio: existen muchas especies -los árboles caducifolios son un claro ejemplo de ello- que se desprenden de sus hojas con los primeros fríos. La razón es muy coherente y está justificada como mecanismo de adaptación. Durante el invierno la energía que gastarían en mantener sus hojas no se vería compensada por la obtenida en la absorción de nutrientes. Así que, a pesar de tener que reponerlas después, optan por deshacerse de ellas.

    En este sentido, tenemos muy presentes los árboles de hoja caduca: especies como el roble, el haya o el tilo. Pero otras no arbóreas, como los rosales o la parra virgen, que también entrarían en la misma categoría. No nos debe extrañar que pierdan las hojas en otoño y las recuperen después al llegar la primavera. Está claro que así debe ser y por tanto antes de arrancarla de la maceta, debemos asegurarnos de que la planta no es caducifolia.

    2. Asegúrate de que no le falta riego

    Pero... ¿qué pasa si es en pleno verano cuando pierden las hojas? Esto es más común de lo que te imaginas y no significa que la planta esté enferma, solo que se ha estresado por el calor y la falta de agua. Es muy habitual en árboles o arbustos recién plantados a los que el primer estío sorprende aún en periodo de adaptación.

    Cuando el calor es extremo y pierden más líquido del que logran absorber, utilizan la misma estrategia que al llegar el otoño y purgan de golpe sus hojas. Sería conveniente entonces una ayudita (va bien aumentar el riego en estos casos), siempre con mesura, claro. Y sin pasarte; ya sabes que si el suelo está húmedo habrá aún agua disponible y no conviene regar.

    En otras ocasiones existe una sintomatología previa: las hojas languidecen antes de su caída, como dando pistas de lo que les sucede. Es posible recuperar la planta si la asistes a tiempo. Estando en maceta, puedes sumergirla en un recipiente con agua durante unos minutos. Después deja que escurra bien. Conviene sustituir, lo antes posible, el sustrato "de transporte" con el que vienen desde el vivero. La turba tras quedar seca se endurece y no retiene apenas el agua.

    3. ¡Socorro... demasiada agua!

    Ten cuidado, las hojas lacias y caedizas también pueden ser un indicativo de exceso de humedad en el suelo. Si a las raíces les falta el aire, al no poder respirar se mueren, mostrando señales muy parecidas en la planta a las de escasez de agua. 

    Mueren más plantas por exceso de riego que por defecto. ¡Esta es la realidad! Asegúrate de que el problema es el déficit de humedad y no al revés, antes de empeorarlo aún más. Siempre es más sencillo recuperar una planta hidratándola, que si ya tienen podridas sus raíces.

    ¿Te has pasado con el riego? Mírate este artículo: Consecuencias del exceso de riego y cómo solucionarlo. Tal vez aún puedas remediarlo. Por otro lado, para reducir el riesgo de incidencias es buena idea utilizar sustratos de calidad, preferiblemente sueltos. Facilitarás el drenaje y en consecuencia la aireación de las raíces.

    Finalmente, el agujero obstruido en las macetas es otro de los mayores causantes de "asfixia radicular". Asegúrate de comprobar que todo está correcto. No falles en un tema tan importante. Aquí tienes más consejos sobre el riego de tus plantas.

    4. ¿Tu planta es sensible al frío?

    Demasiado frío puede acarrear que tu magnífica planta acabe siendo un triste cadáver. Ya sabemos cómo reaccionan las especies caducifolias. Pero, ¿qué pasa cuando es una planta tropical, y en principio perenne, la que "se queda pelada"? En muchas ocasiones, plantas endémicas de lugares cálidos logran vivir sin problemas en climas menos favorables (siempre que las heladas sean anecdóticas, por supuesto). 

    El caso de la Bougainvillea es un claro ejemplo. En todo el mediterráneo consigue pasar el invierno perfecta y con sus hojas íntegras. Cerca de la línea de costa, eso sí. Solo a unos pocos kilómetros de allí, fuera de la influencia benefactora del mar, hará el suficiente frío como para obligarla a perder sus hojas. Quizás entonces te parezca desprovista de vida, pero si las heladas no han sido exageradas, brotará nuevamente al llegar la primavera.

    ¿Quiere decir esto que todas las plantas tropicales siguen el mismo principio? Pues no; si la especie no tolera el frío, lo más probable es que se muera sometida a bajas temperaturas. Para evitarlo, debes informarte siempre sobre la planta en cuestión y tomar las medidas oportunas para protegerla. Una opción habitual es utilizarla como planta de interior.

    También puedes acolchar el suelo para resguardar sus raíces o cubrir el ejemplar con un plástico por la noche. Si, a pesar de todo, tu planta queda dañada y tienes dudas de su viabilidad... espera, que no pierdes nada. Es posible que, aunque la parte visible haya sido afectada, las raíces continúen en buen estado. Si es así, acabará brotando de nuevo. 

    Esto es, sin ir más lejos, lo que me ocurrió este año con esta suculenta. Mi Crassula ovata (árbol de jade) no pudo resistir la crudeza de un enero en que las olas de frío fueron continuas. Cuando creía que tendría que darla de baja, ocurrió el milagro y comenzó a brotar de su base. 

    Lo de sacrificar la parte aérea expuesta al frío y concentrar su energía en los órganos subterráneos es una estrategia conocida en plantas bulbosas como el tulipán, la azucena o el narciso, y también en otras vivaces. No tiene por qué funcionar en plantas perennes, pero si la raíz ha resistido, verás cómo nuevos tallos emergerán llegado el momento.

    5. Las plantas son más duras de lo que crees

    A estas alturas ya sabemos que mientras las raíces permanezcan intactas, éstas tendrán la capacidad de rebrotar. Siempre hay excepciones (los pinos, por ejemplo, y otras coníferas), pero sí que vale para este ciruelo de jardín. Hace casi una década fue torturado por mi perro y, sin embargo, se exhibe ahora con este porte majestuoso. 

    Aunque el tronco mordisqueado quedó de pena y no tuve más remedio que cortarlo, sabía que la cosa no había acabado aún. Enseguida surgieron numerosos brotes. Solo hubo que ir guiando su crecimiento hasta formar de nuevo un arbolito.

    Otra imagen impactante es la de un bosque arrasado por el fuego. Está comprobado, sin embargo, que algunos árboles, como las encinas y los alcornoques, son capaces de renacer tras el incendio. Mientras sus raíces estén vivas salen adelante, a pesar de toda su madera quemada.

    6. La inspección final

    Las plantas nos aportan constantemente pruebas de su increíble resistencia. Piénsatelo dos veces antes de declararlas difuntas. Es posible que se empeñen en darte nuevas alegrías. De un primer vistazo puedes saber si un árbol o arbusto lleva tiempo muerto. Su corteza agrietada, su falta de flexibilidad y sus ramas quebradizas son un indicio bastante fiable.

    ¿Y si los signos no son tan evidentes? Puedes saber si todavía queda vida rascando la corteza del tronco o las ramas hasta descubrir el tejido verde. Si el resultado fuera negativo no te precipites; asegúrate y haz la comprobación más abajo (cerca de la base).

    En las plantas no leñosas el tema es más complicado y solo puedes inspeccionar en que estado se encuentran sus raíces. Si éstas están negras, blandas o despiden un olor desagradable... ¡lo siento! hay malas noticias... significa que ya han empezado a pudrirse. 

    Sigue a José Manuel Durán en su blog Jose el jardinero. 

    Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos, suscríbete a nuestros boletines

    Lentes con filtros bloqueadores de la luz azul: ¿sirven de algo?

    $
    0
    0

    Desde la entrada en juego de la iluminación LED, nuestro entorno visual se está volviendo, por decirlo de alguna manera, azul. Esto quiere decir que la iluminación artificial que nos rodea ha pasado de las luces basadas en la incandescencia de la resistencia de tugsteno, que emite mayoritariamente en el espectro del color rojo, a los diodos LED de luz fría, que emiten en las longitudes de onda más cercanas al color azul.

    La razón es el ahorro que suponen estas longitudes de onda, más capaces de iluminar con menos aporte de energía. Por lo tanto, la iluminación LED se impone progresivamente no solo en nuestras casas, sino también en todo tipo de dispositivos digitales como smartphones, ordenadores, televisores o tabletas. Miremos donde miremos hoy en día, recibimos emisiones de luz azul artificial. Y no es aventurado asegurar que muchos de nosotros nos pasamos el día mirando las pantallas de estos dispositivos.

    ¿Una luz peligrosa?

    ¿Es esto peligroso? Desde el advenimiento de la luz azul, se han disparado las especulaciones y los debates sobre su conveniencia o su peligrosidad. Algunos científicos se han lanzado a estudiar sus efectos sobre nuestros ojos y nuestra visión, y han comenzado a aparecer teorías sobre una posible influencia de la luz azul sobre la regulación de nuestro sueño, alegando que esta inhibe la secreción de melatonina, la hormona que nos ayuda a dormir.

    En otras ocasiones se ha asegurado que la luz azul altera los ritmos circadianos y que ello puede incidir en un sistema inmunitario deprimido, problemas cardiovasculares o cáncer de mama y colorrectal a largo plazo, dentro de lo que se conoce como el 'síndrome del vigilante nocturno'. Esta teoría estaría basada en la incidencia que el cielo azul tiene sobre nosotros como estimulante y a la vez inhibidor del sueño. Así, como la del cielo, la luz azul de la pantalla de un iPad por la noche nos haría estar despiertos y alerta.

    Adicionalmente, se ha relacionado la luz azul que emiten los dispositivos digitales con el 'síndrome de visión del informático', un cuadro de afecciones como dolor de ojos, vista cansada o irritaciones oculares que se dan en los profesionales que pasan muchas horas delante de un ordenador.

    A su versión doméstica se la ha denominado 'síndrome visual informático digital' y a este respecto, se ha afirmado que aunque la luz azul ilumina mejor con menos energía, nos deslumbra y nos obliga a reenfocar las imágenes, provocando un mayor estrés en los órganos de la visión.

    Finalmente algunos científicos, como la doctora Dra. Celia Sánchez Ramos, investigadora de la Facultad de Óptica y Optometría de la Universidad Complutense de Madrid, aseguran haber hecho estudios que demuestran que las longitudes de onda en las que emiten los LED de luz azul dañan la retina y a largo plazo pueden desembocar en una degeneración macular senil, una de las causas más comunes de ceguera entre la gente mayor. 

    Filtros protectores contra la luz azul: ¿funcionan?

    Para prevenirnos contra los supuestos males de esta luz azul, a la que cada vez estamos más expuestos, diversas empresas han desarrollado filtros protectores que en teoría reducirían entre un 15 y un 20% su intensidad, acomodando nuestra visión, disminuyendo las agresiones a nuestra retina y evitando los efectos sobre la secreción de melatonina, por ejemplo por la noche, cuando leemos en una tableta o en el smartphone.

    Estos filtros tienen dos variantes principales: los que se aplican sobre las pantallas de los dispositivos y los forman parte de las lentes que usamos normalmente, o que nos ponemos cuando miramos una pantalla. En el primer grupo estarían los filtros de Reticare, una empresa fundada por la ya citada doctora Sánchez Ramos y que ha sido objeto de diversas polémicas.

    En 2014 la OCU emitió un comunicado en el que aseguraba que no se puede certificar la eficacia de los filtros Reticare por el sencillo hecho de no está demostrado que la luz azul de los LED sea nociva para nuestra salud en ningún sentido. Por otro lado, el medio Hipertextual publicó en octubre de 2015 un extenso y minucioso reportaje que desgranaba el negocio de Reticare y de las personas que estaban detrás de él.

    Según sus autores, el negocio de Reticare se basa en el miedo a que las tesis alarmistas de Sánchez Ramos y sus socios puedan ser ciertas. Las mismas tesis, según el reportaje, se han desarrollado a partir de estudios con altas intensidades de luz azul sobre cultivos de tejidos aislados, así como con animales como el pez cebra, pero nunca se han contrastado con seres humanos. 

    Por otro lado, el oftalmólogo Rubén Pascual, responsable de la sección de Oftalmología infantil, Estrabismo y Neuro-oftalmología del Hospital San Pedro de Logroño y autor del blog Ocularis, también ha criticado desde el punto de vista científico las tesis en las que se basa Reticare, además de desmontar la teoría de que la luz azul altere nuestros ritmos circadianos. 

    Pocos estudios al respecto

    Respecto a las gafas con filtro de luz azul para mirar a ordenadores, teléfonos y tabletas, hay en la actualidad muy pocos estudios que se refieran a sus posibles beneficios. Uno de ellos es este, que asegura una leve mejora en la fatiga visual, aunque fue realizado solo con 33 personas y durante un tiempo periodo de estudio muy corto, de apenas dos horas.

    Ahora bien, no se especifica cómo se realizó el cegado, es decir las personas que no sabían si llevaban gafas con filtro o no, para descartar el efecto placebo (más información en este post). Este otro estudio de 2013, que también sugería beneficios, fue realizado solo sobre cinco personas, lo que hace casi imposible considerar sus resultados concluyentes.

    En resumen: aunque es pronto -porque la iluminación LED lleva poco más de una década entre nosotros- para asegurar que no tiene efectos adversos a largo plazo sobre nuestra salud, por el momento no hay suficientes argumentos científicos para creer que sí puede ser nociva. En consecuencia, el beneficio del uso de lentes con filtros de luz azul no está garantizado.

    Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos, suscríbete a nuestros boletines

    Viewing all 699 articles
    Browse latest View live




    Latest Images